Como salta a la palestra el tema de la urgencia en blogs apreciados aqui y aquí, motivando que recuerde los tiempos de las guardias presenciales hospitalarias hago una reflexión al respecto.
En psiquiatria no hay urgencias. Esto no quiere decir que la asistencia en la urgencia sea asunto baladí, donde no existen situaciones de importancia. El impactante titular quiere hacer hincapié en que es difícil diferenciar lo importante cuando alguien te "urge", -que según la DRAE quiere decir que te pide o exige algo con urgencia o apremio o bien te conduce o empuja a una rápida actuación-.
Me gusta pensar que nuestro trabajo como "cooperantes de la mente de otro" se basa fundamentalmente en la reflexión. Una cualidad rara ante lo urgente, ante lo que nos apremia el otro, bien sea el sufriente o el demandante, porque con igual urgencia te insta el que tiene una crisis de ansiedad que el médico que se ha contagiado de la ansiedad de esa crisis.
Un punto a diferenciar es la urgencia -que en mi definición una urgencia es todo lo que se denomina urgencia, lo que viene con una prisa y una súbita necesidad que previamente no existia- y otra muy diferente la crisis.
La atención en urgencias es -disculpad el término- una "psiquiatria de palmadita en la espalda", es ese oir como la queja -absurda- de que vienen para cualquier cosa, ese "ay que ver Facundo como esta el mundo", o a lo Ciceron "o tempora o mores"....
La urgencia no la define la psicopatología del paciente si no su capacidad de movilización del canal de comunicación, sea este el 061, el 112, la televisión local, o el médico de guardia... y allí no es necesario un psiquiatra sino un público atento que solucione rápidamente o al menos contenga ( por eso es útil un ingreso o un pastillazo que no es una solución, sino una contención).
Otra cosa muy diferente es la crisis.
En la crisis somos necesarios los psiquiatras y la atención en crisis no se puede llevar a cabo casí nunca. Bien sea por el difícil acceso al paciente en crisis, bien sea por la dificultad del paciente en crisis en acceder a nuestros servicios; y las crisis - desde la que desde fuera parece más absurda a la grave cirisis psicotica- es un momento ideal para la actuación terapeutica. Dicho para que se entienda desde la "bioquimica ficción": un momento en que los neuroreceptores estan blanditos y las vesículas que echan neurotransmisores son más dadas a atender otras maneras de vivenciar puesto que es un instante de sufrimiento.
A partir de aqui hago un corta pega de un texto del Dr Juan Larban que lo dice más claro y más alto:
...La crisis psicológica podría definirse también como una ruptura del equilibrio psicodinámico de la persona y de su entorno familiar, social o profesional. Desde esta perspectiva, su tratamiento tendría como objetivo el crear unas condiciones especiales, un marco de trabajo psíquico propicio para contener y elaborar los determinantes de la crisis, gracias al trabajo intrapsíquico de la persona que la padece.
El objetivo del trabajo de crisis sería el de sacar el mejor partido de ese momento de ruptura considerado como fecundo. Las defensas del sujeto que la padece suelen estar disminuidas y debilitadas, sus emociones, muy intensas, son fáciles de movilizar. Todo ello crea unas condiciones muy favorables para intentar desarrollar y utilizar nuevos recursos internos que permitan un funcionamiento psico-afectivo mejor que el que se tenía antes de la crisis. El nuevo equilibrio psico-afectivo, conseguido tras superar con éxito la crisis, conduciría a un bienestar y a un grado de autonomía personal mayor y mejor.
La capacidad de resiliencia –resistencia ante la adversidad y capacidad de recuperación–, así como la capacidad de afrontar lo nuevo y lo diferente de forma creativa son para la persona que se enfrenta a una situación de crisis, importantes factores de protección de su salud y equilibrio psíquicos. La resiliencia, que tiene fundamentos psicobiológicos y psicosociales es un proceso dinámico que se va desarrollando de forma cambiante en función de la interacción del sujeto con su entorno.
La crisis puede ser también generadora de discapacidades y patología de todo tipo si el sujeto o el colectivo que se ve inmerso en ella no tienen la posibilidad de generar nuevos recursos que les permitan adaptarse e integrar el cambio que les “obliga” a su vez a cambiar.
Sin la ayuda adecuada, para algunos, la crisis puede ser también fuente de sufrimiento inútil y desencadenante de enfermedad. Hemos puesto la palabra “obliga” entre comillas para indicar la tendencia del ser humano a introducir pequeños cambios en su vida para que en el fondo nada cambie (homeostasis), a no ser que se vea necesitado de cambiar, tanto si la necesidad proviene de factores externos como internos.
La diferente conceptualización que se tenga de la crisis en el ser humano –sea de origen psicosomático o psicosocial–, repercute en su aplicación a la hora de dar una respuesta clínica a la demanda que la crisis genera.
Hay una gran diferencia entre conceptualizar la crisis y la descompensación psíquica como el estallido y emergencia de síntomas que hay que tratar de suprimir cuanto antes, y la visión de esa misma crisis psíquica como la incapacidad del sujeto que la padece para hacer frente a una necesidad evolutiva de cambio interno y/o externo. En este segundo caso habría que ayudarle más bien a contener, analizar, comprender e integrar, elaborando y dándole sentido a lo que está viviendo para poderlo superar.
Tanto el modelo psiquiátrico que tiene como base el modelo médico, como el modelo psicológico, nos colocan frente a sus importantes limitaciones en el abordaje de la crisis, limitaciones que se hacen mayores si ambos modelos son aplicados de forma disociada o excluyente.
No olvidemos que en japonés crisis se escribe con un símbolo que representa peligro y oportunidad.
Para más información sobre crisis de manera resumida os remito a aquí en la pagina 3, el texto completo del Dr. Larban (faltan dos parrafos) aquí , y si queréis unos resumenes las ponencias de las jornadas sobre crisis aquí
6 comentarios:
Pues te sentaron bien las vacaciones porque el tema y la entrada son cojonudas.
Hombre, me da alergia lo de las sinapsis blanditas, pero resulta una metáfora simpática.
En crisis la persona está dispuesta a salir de su explicación, porque precisamente está en crisis debido a que ya no le sirven las explicaciones que tenía, tiene que cambiar algo, y todo su ser está haciendo esa demanda.
¿Que es lo que se hace habitualmente?. Pastillazo que te crié y explicación bioquímica. Esto no solo no sirve de nada (bueno si, sirve para dar paz al resto del mundo) sino que es dañino. Hace daño. Desintegra, despersonaliza, desnorta. Para hacer las cosas de otra forma habría que tener en urgencias mas personal y mas tiempo, porque fundamentalmente habría que contener. Ese personal, ese tiempo, y ese dinero, luego se ahorraría porque se dejarían de fabricar en serie enfermedades crónicas. Pero ya se sabe que los humanos somos adictos. Elegimos casi siempre soluciones estúpidas y que resultan a corto plazo, y mañana dios dirá, para entrar en el circulo vicioso de no parar de hacer la estupidez que nos genera y nos soluciona a la vez el problema.
En realidad ese modo de actuar dañino, del pastillazo y la explicación bioquimica se utiliza para tranquilizar/tratar a muchas personas que no son la que está en crisis. Al psiquiatra, a los padres y madres, familia extensa, sociedad, profesorado, animal de compañía, etc...
Y como nos cuesta en general entender los matices, voy a utilizar una expresión de que apreciado ciberamigo que también pulula por estos lares. NO estoy en contra de suministrar alivio a las personas mediante la medicación, lo que digo es que debe de ser algo accesorio, limitado en el tiempo, y con ese valor explicado al paciente y reconocido, suministrar alivio. O al menos, ese debería de ser el objetivo a conseguir, a lo que habría que aspirar. Otra cosa es que se consiga o no.
SAludos y bienvenido.
Como nos tienes acostumbrado, Miguel, adoptas una perspectiva reveladora de aspectos esenciales y dejados de lado en este tema. Enriquecedora entrada, sobre todo por el aporte del manejo de las crisis.
Muchas gracias y bienvenido de vuelta.
Bienvenido Miguel. Me encanta el concepto de resiliencia, a mí me ayudó mucho hace unos años leerme un libro sobre eso, no recuerdo el autor, pero sí el título "Resiliencia. Volver a la vida después de un trauma"
Así que me alegra oir de nuevo ese enfoque, además de volver a leer tu blog, claro.
Un abrazo y fuerza con tu nueva etapa.
Me encanta el concepto de crisis como "peligro y oportunidad". Creo, pero cito de memoria, que en griego también se insistía en los dos significados. Coincido contigo en que la intervención en crisis en urgencias es uno de los momentos (tal vez el que más) donde una intervención psicoterapéutica puede ser fructífera. A mis pacientes con cuadros clínicos de psicosis aguda no les digo que están pasando una enfermedad, sino una crisis, lo que, no sólo es mucho mejor recibido sino además estigmatiza mucho menos y, por lo tanto, es mucho más útil (para el paciente, que es de lo que se trata).
Besos y abrazos.
Gracias compañeros, es un placer estar de vuelta por estos foros.
He estado toda la mañana y parte de la tarde del domingo leyendo lo escrito esta quincena pasada y ha sido placentero y gratificante.
Vuelvo al trabajo con nuevas experiencias, avido de nuevos conocimientos que encontrar y compartir.
Todo lo que está entre cursivas es del Dr. Juan Larban, al que podeis encontrar entrevista aqui:
http://www.asmi.es/asmi/es/fondodocumental/entrevista_juanlarban.pdf
articulos aqui:
http://asmi.es/asmi/es/fondodocumental/larban_ser%20cuidador-el%20ejercicio%20de%20cuidar.pdf
y aquí
http://www.sepypna.com/noticias/2010-04-19-opinion-de-juan-larban-sobre-la-polemica-en-torno-a-los-cuentos-de-hadas/
Un abrazo y a seguir en la tarea.
Pues yo tengo una pregunta, si se pueden utilizar las palabras crisis y enfermedad como sinónimos. ¿A mí que llevo 8 años en crisis económica, se me podría diagnosticar como enfermo?
Lo digo por que así podría pedirle una pensión al gobierno................
Besicos maños (o molts de petons, como quieras).
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