Un
blog amigo decía hace meses: "a vueltas con el TAI", ....el TAI, ese invento creado por la dictadura de la salud y los miedos primitivos, a los que ahora se unen -el signo de los tiempos- los intereses económicos.
Con la presencia en "medios de información" (en este país donde la noticia es educacional, lo de "información" hay que entrecomillarlo) de declaraciones de Bigpharma y un psiquiatra en jefe, las alarmas han saltado entre el pensamiento crítico.
Es un asunto muy complejo de analizar. Es fácil caer en la simplificación, en acusar a lo pantrágico de la pagina de sucesos o a la seducción de las neurociencias de bombo platillo y falso brillo.
Personalmente a raíz de pensar en el TAI me acuden muchas ideas a la cabeza... ya las iré comentando; esperando que al agitarlas con las aportaciones y comentarios de otros compañeros pensantes se queden en disolución, (y se diluyan) o se precipiten.
En esquema diría que hoy estoy con que el TAI es un ejercicio de violencia institucional, la psiquiatría es la responsable de que se ejerza esta violencia, la violencia se ejerce porque es el último recurso.
(digresión aparte:
el blog de Jose y Amaia que me ha incitado a esta entrada tiene un componente que me choca. Si lo lees desde la institucionalización de la institución psiquiátrica pública parece aguerrido, furibundo incluso. Pero luego lo relees y ves que solo dan datos objetivos. Pocas opiniones encendidas, poca vehemencia,...¿porque se percibe tan duro cuando es amable? Me recuerda al poema del erizo de Munarriz
aqui oírlo y
aquí leerlo)
Además de las preguntas puntuales del momento: ¿porque ahora? ¿a quien beneficia?..., hay otras preguntas: ¿violencia para qué? ¿realmente no hay otro recurso? ¿se puede controlar la violencia institucional?
"La violencia es el recurso del tonto", eso lo he oído muchas veces desde que era pequeño, y el TAI, es el recurso del tonto. Cuando falla la razón - y la emoción- se aplica el TAI.
Cuando el psiquiatra no puede "convencer" al paciente de que este haga lo que -según el modelo social imperante que ha internalizado el psiquiatra- es bueno para él, se llama a "papa juez" para obligarle a hacer lo mejor para él. Esto implica un modelo de psiquiatría "paternalista castrador". ¿lo queremos? ¿lo necesitamos?
Según este modelo los pobres pacientes no saben lo que es bueno para ellos y los psiquiatras -con la guardia civil ,orden judicial mediante,- se lo imponemos. Le imponemos un bienestar o, al menos, un no molestar.
Parece que tiene lógica con un modelo de psiquiatría como control social de la "locura". Pero en ese modelo es fácil extralimitarse. Da miedo permitir el "depot por ley" para casos concretos porque abrimos una puerta que será difícil de cerrar y podemos acabar con depot para adolescentes problemáticos. Se me puede acusar de exagerado, de alarmista, de no confiar en que la psiquiatría se controlará, que no haremos excesos... pero la historia nos dice que la psiquiatría es amiga de los excesos. (Por pudor obvio enlaces a la historia de la psiquiatría en EEUU, URSS, España e, incluso, en los premios Nobel)
Un paciente al que se aplica el TAI es un paciente con quien se ha fracasado. Un paciente al que no se le ha podido ayudar en lo racional, ni en lo emocional, un paciente con el que los psiquiatras no hemos hecho bien nuestro trabajo. Reconocer la necesidad del TAI es reconocer la ineficacia de la psiquiatría.... y la psiquiatría es ineficaz en ciertos pacientes.
Ahora bien, una vez que sabemos que parte de la responsabilidad del fallo es nuestra ¿es el TAI la única opción posible? Si hay otras opciones ¿es el TAI la mejor?
Los psiquiatras tenemos que
ver de donde venimos (y venimos de las casas asilares) y ver los vaivenes de nuestra evolución antes de abrir puertas, o ser parte de los responsables de abrir puertas, difíciles de cerrar.
La foto: http://www.recorreribiza.com/2011/11/sa-creu-den-ribes.html