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viernes, 26 de agosto de 2011

¿Hombres de Marte y mujeres de Venus?... Todos terrícolas


Puede sorprender que afirmemos que hombres y mujeres venimos, ambos, del planeta Tierra. Son frecuentes los libros, películas y estudios científicos, pseudocientificos y entrevistas a tertulianos que enfatizan las notables diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres. No hace falta ser una sabio para apreciar la diferencias físicas externas e internas que mostramos.... pero atreverse con las diferencias relativas a nuestras habilidades neurocognitivas es bastante más complicado. 
Estas supuestas diferencias basadas en hechos anatómicos se sustentan desde que existen las más primitivas neurociencias. Al principio determinaron que el cerebro femenino pesaba menos, en promedio, que el masculino. En esos tiempos el sentido comun (ya criticado en anteriores escritos) permitía que las mujeres no pudiesen votar por ese supuesto "déficit" de peso. Más tarde vieron que grandes científicos tenían cerebros que pesaban poco. Se estudió más y se determinó que el tamaño del cerebro no tiene nada que ver con su funcionalidad. Las mujeres ganaron el derecho a voto -pero no por los avances científicos sino por la lucha política-. El cerebro y sus capacidades no es una cuestión de anatomía simplemente. La sociedad y sus tendencias influyen mucho. 
Hoy día, gracias al avance de las ciencias, estas teorías de las diferencias de cerebros se han modificado y complicado. Ya no es el peso, ahora son las especializaciones cerebrales, como el sentido de la orientación y la capacidad de escucha. 



Si recordamos que recientemente hemos hablado de la plasticidad cerebral y sabemos que trabajar más una zona del cerebro hace que se desarrolle -recordemos como crece el área temporal de los taxistas londinenses-, podemos pensar que muchas de estas "capacidades cerebrales" son consecuencia de un estilo de vida y no la causa. Un hombre lee mejor mapas porque se ha entrenado más en ello que una mujer y por que cree que puede hacerlo mejor. La causa es más compleja que haber nacido con un cromosoma Y. Hay mujeres (carentes de ese cromosoma Y) que son muy hábiles orientándose y leyendo mapas. Si no te gusta leer los mapas no es por que seas mujer, es porque no te gusta. 
Cuando se hace un estudio sobre una capacidad en la que culturamente aceptamos que un sexo es menos hábil, la persona de ese sexo puntuará peor. Curiosamente las niñas de Islandia y Noruega puntúan de manera muy similar a los niños en habilidades matemáticas, mientras que en países donde se piensa que las mujeres no sirven para las matemáticas (Italia y Egipto) sacan peor nota. No creo que se deba a que los hemisferios de las niñas del norte de Europa estén más especializados. 
Cuando se realiza un mismo test sobre alguna habilidad la simple frase de "a los hombres esto se les suele dar mal" hace que los hombres saquen peor nota que si no se les dice nada. Si desde pequeño oyes: las mujeres hacen mejor esto, los hombres hacen mejor aquello acabas creyéndolo, viéndolo y actuándolo.
No quiero decir que no existan diferencias entre sexos. Obviamente existen. Pero las cognoscitivas no son tantas ni tan exageradas como pretenden hacernos creer. Entre un hombre y otro hombre puede haber tantas diferencias como entre un hombre y una mujer.
Por cierto y ya que estoy en este tema: esa célebre "agresividad natural" que poseemos los varones por el tema de la testosterona es falsa. Ya se ha hecho un experimento -científico con el sistema de doble ciego-, y se ha demostrado que la testosterona no tiene nada que ver las conductas de riesgo, la agresividad o el egoísmo.
Nuestro cerebro, las capacidades de nuestro cerebro, son consecuencia de nuestros aprendizajes, de nuestra vida.

Esta entrada la publiqué en prensa pitiusa. Está basada,como la anterior y la anterior de la anterior, en esta entrada tan amena del smithsonian.
La foto es un cuadro de Munch donde se diferencia claramente las diferentes habilidades del cerebro entre hombres y mujeres (según Munch)... pero podría ser que el cuadro nos hablase más del mundo interno de Munch que de la realidad del mundo exterior. Este comentario no quiere decir que las hipótesis de algunos investigadores nos hablen de sus problemas personales. Ellos miran objetivamente la realidad.

miércoles, 24 de agosto de 2011

El mito de la cuesta abajo

La plasticidad cerebral es sorprendente. Alguna vez hemos hablado de los cambios que diversas actividades producen en nuestro cerebro; tanto para bien (meditación, deporte, música,..) como para mal (drogas, televisión,...).
La plasticidad, esa capacidad que tiene el cerebro para cambiar incluso anatomicamente, para amoldarse a las nuevas exigencias, hace que nuestro cerebro se modifique con el tiempo. En un estudio se demostró que los taxistas de Londres tenían más desarrollada la zona temporal del cerebro. Esa area es la que se dedica a ubicar calles y comprender mapas. Si el cerebro fuese incapaz de cambiar a partir de los dieciocho años la conclusión sería que ellos eran taxistas por tener esa zona más desarrollada. La realidad es que al ser taxistas, por el uso continuado de esa parte de cerebro, habían desarrollado más esa zona. Podriamos decir que el cerebro es como los músculos, y que desarrollamos más los que más usamos. Como dicen en libros de otras escuelas menos ortodoxas "nuestra biografía es nuestra biología"
Otras sorpresas de la plasticidad es el hecho de que en las personas ciegas, las áreas cerebrales que se dedican a procesar la vision, se modifican para especializarse en evaluar e informar sobre el sonido. Ante la falta de un sentido otro se hiperdesarrolla y el cerebro se modifica para poder hacerse cargo de las exigencias del medio.
Aprender alguna actividad, bien sea física como los malabares, intelectual como juegos de mesa o mezcla de ambas como tocar un instrumento “reestructura” las áreas del cerebro. Eso explica porque algunas personas tras perder partes de su cerebro (por accidentes isquémicos por ejemplo) pueden lograr recuperar funciones al modificarse áreas del encéfalo no afectadas que cambian de función para compensar el tejido perdido. Recuerdo que mi tía abuela hacia crucigramas, seguí las noticias, discutía, estaba tremendamente lúcida a sus casi noventa años, pero la neuroimagen de su cerebro (le hicieron un TAC por una caída) mostraba una especie de queso gruyere.
La plasticidad cerebral hace que no se sostengan los mitos de que las neuronas no se regeneran, que las personas no cambian -pero esto da para otra carta- o que a partir de los dieciocho el cerebro comienza una cuesta abajo.

El cerebro siempre aprende, siempre recibe datos, es verdad que algunas habilidades cognitivas realmente se van perdiendo conforme envejeces. Está demostrado que los niños aprenden mejor nuevos idiomas, y jugando al memory (este juego de fichas en parejas que se van girando) los niños de diez años son los campeones. Por otra parte cuando los niños pasan a jóvenes son más hábiles encontrando los parecidos y diferencias, pueden memorizar más palabras escogidas al azar y pueden contar hacia atrás de 7 en 7 más rápido (habilidades muy útiles en un estudio sobre memoria pero poco aplicables en la vida real)
Aún así existen muchas capacidades mentales que mejoran con la edad. A la hora de ser precisos con el vocabulario las personas más mayores conocen y comprenden más palabras y además son capaces de encontrar la diferencia sútil entre términos de signficados similares. De ahí que se hable de escritos de madurez, como dijo Saramago en una ocasión: si hubiera muerto a los 60 años no hubiera sido escritor.
Otras caracteristicas cognitivas que se adquieren con la edad, -y que serían muy útiles antes- son: determinar mejor el carácter de una persona desconocida de la que nos dan unas notas biográficas, obtener mejores resultados en inteligencia social y tener mejor capacidad de resolver conflictos. Y además conforme avanza el tiempo cada vez regulamos mejor nuestras emociones y tenemos más capacidad para encontrar un sentido a nuestras vidas.
Evidentemente el hecho de ir adquiriendo estas capacidades -que tan bien vendrían en la tumultuosa y efervescente adolescencia- no quiere decir que aparezcan por que si. Un niño tiene más capacidad para aprender idiomas, pero si no se pone a estudiar y practicar no se despertará una mañana hablando en arameo, (el don de lenguas hace siglos que no lo tiene nadie). De la misma manera el hecho de tener mayor capacidad para manejar nuestras emociones y nuestras vidas no quiere decir que lo apliquemos espontanemente, quiere decir que podemos hacerlo con más facilidad  fluidez. 
Ir haciendose mayor tiene muchas ventajas. Uno puede quejarse porque ya no cuenta hacia atrás de siete en siete tan rápido o aprovechar las nuevas habilidades que nos brinda la edad.

Esta entrada la publiqué en prensa pitiusa. Está basada,como el anterior, en esta entrada tan amena del smithsonian.
La foto como siempre de Joan

lunes, 22 de agosto de 2011

los cinco sentidos


Nos suelen decir desde la escuela que tenemos cinco sentidos. La verdad es que tenemos unos cuantos más. Y no me refiero a capacidades como el sentido del humor o el sentido de la orientación si no a sentidos con sus receptores y sus redes enviando y descifrando información. Me refiero a que además de la vista, oído, gusto, olfato y tacto nuestra percepción abarca más informaciones sobre el mundo y nuestro lugar en él.
Además de estos cinco que conocemos, hay cinco más claramente definidos. Tenemos la propiocepción, que es el sentido de cómo están posicionados nuestros cuerpos, donde tenemos puesta la pierna, cómo tenemos doblado el brazo, la angulación que forma el codo. Una información que tenemos en todo momento pero de la que sólo somos conscientes si nos fijamos en ella.
Otro sentido es la nocicepción, que es el sentido del dolor. Este está -como tantos otros- muy influido por lo afectivo y lo cultural. A veces el sistema propioceptivo se transforma en nocioceptivo si presto atención, o fijo experiencias dolorosas en determinadas posturas.
También tenemos el sentido del equilibrio que reside en el oido interno, con un funcionamineto muy curioso, ya que consiste en tres canales semicirculares situados en tres planos rectangulares, según las tres dimensiones del espacio que nos informan de la posición y el movimiento  Cada persona los tiene situados de manera diferente, -igual que cada uno tenemos un rostro diferente- así que el equilibrio es aprendido en relación a las experiencias de uno mismo.

Otro sentidos son el sentido de la temperatura corporal, el de la aceleración y, parece ser que existe pero no conozco las vias que lo determinan, el del paso del tiempo.
¿ Podríamos tener más? Parece ser que hay animales perciben los campos eléctricos (como los tiburones) e incluso el campo magnético terrestre como lo hacen pájaros, las tortugas e incluso algunas bacterias. Algunos teóricos dicen que aunque no seamos conscientes de estos campos (eléctricos y magnéticos) si que los percibimos y nos afectan. Hay experimentos variados al respecto y parece ser que hay pruebas que apuntan a que es cierto, pero hasta que este más claro habrá que mostrarse prudente.
Si nuestro cuerpo hubiese evolucionado de otra manera podríamos tener otros al menos tan útiles como un sónar incorporado, al estilo de los murciélagos y los delfines, que aportaría información a nuestra vista. Podriamos detectar el calor de otros cuerpos cercanos, como hacen las serpientes, podriamos afinar las relaciones espaciales y el movimiento con bigotes como los del gato o las focas, o incluso mejorar la vista y oido para captar más frecuencias: ultrasonidos, luz ultravioleta, infrarojos,... pero como dicen los expertos en comunicación demasiado información es ruido. Y con la que recibimos por nuestros (más de) cinco sentidos nos es suficiente para vivir en este mundo.

Esta entrada la publiqué en prensa pitiusa. Está basada en esta entrada tan amena del smithsonian.
La foto de prensa pitiusa, número 231, página 32

martes, 16 de agosto de 2011

Cronicidad en psiquiatría

Cuando yo estudie medicina había un concepto: "evolución natural de la enfermedad", es decir, la enfermedad abandonada a si misma. El nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte de la enfermedad sin la intervención de las medidas higiénico dietéticas.
Algunas evoluciones naturales de la enfermedad  eran a desaparecer (lo que se podría denominar autolimitado). Otras crecían hasta matar al paciente, y otras se cronificaban, por que esa era su tendencia, a acompañar al paciente a lo largo de su vida. Recordemos que Hipocrates no utiliza la palabra "crónico" -del dios cronos asociado al paso de tiempo- sino otro término que hace referencia a la distancia recorrida.
El concepto de cronicidad actual referente a incurable surge en el XIX. La enciclopedia lo aplica a rasgos de una enfermedad o a enfermedades agudas mal tratadas (antes las enfermedades eran de dos tipos, crónicas y agudas)
Entre las características de la cronicidad se habla de rasgos del enfermo, no solo de la enfermedad.
Lo incurable -lo crónico- hace referencia a la impotencia de la medicina para evitar todos los males, a la naturaleza de la enfermedad y a la evitación de peores males. El clásico:" virgencita virgencita que me quede como estoy".
Centrándonos en nuestro campo, -las enfermedades mentales-, hay que recordar que antes de "las luces" (el siglo de) el trastorno mental era metafísico. Esto implica que afectaba el alma, a  la total totalidad de la persona, así que no podía haber una curación completa.
Esto llevaba a pensar que el loco, una vez caía en la locura, quedaba loco para siempre. Como la realidad era otra (algunos mejoraban y volvían a ser como antes) se inventó el concepto de "intervalo lúcido" que permitía seguir en su axioma metafísico. Este abstracto de "intervalo lúcido" creaba la posibilidad de tratar a los enfermos toda la vida.
Pinel (alienista, uno de los padres de estas actuales "psi" bastardas) responsabiliza al médico de activar al paciente para evitar la cronicidad. Cuando los médicos entran en los manicomios/asilos con la historia clínica y la exploración comienzan una psiquiatría de comprensión, observación,.. quizás sea una visión romántica del principio de este arte/técnica nuestro, pero creo que ese era el camino. La tecnificación ha traído los -muy útiles- tranquilizantes (mayores y menores) pero nos ha alejado del camino que se inició.
Actualmente, en la era de la neurobioquímica, las hipótesis son similares a antes del siglo de las luces.
La genética -lo siento, pero no demostrada-, la lesión -no encontrada- y el fallo de niveles de neurotransmisores -hipotéticos- son las escuelas en las que nos movemos actualmente. Estas ideas teóricas de base dejan poco espacio a la curación, a la recuperación, a una evolución natural positiva.
Según el modelo actual hay una alteración que dura toda la vida. Desde el nacimiento hasta la muerte.
Esto lleva a un tratamiento que ha de empezar lo antes posible para prevenir males mayores y que no ha dejarse nunca por si acaso.
Una intervención que es crónica por que la enfermedad se piensa como crónica, aunque no sea seguro en todos los casos así.

Parte  de esta entrada se basa en apuntes que tome de una charla del Dr. Berrios sobre el tema de la cronicidad en psiquiatría que diose trato en un symposium en Barcelona este año. Prometió un artículo que no sé cuando ni donde saldrá publicado pero si sale, lo referenciaré.


la imagen de http://www.recorreribiza.com/2011/08/cala-codolar.html, de Joan Costa

domingo, 14 de agosto de 2011

La entrada número 100: un escrito de Honorio Delgado

Esta es mi entrada 100. Ha sido técnicamente la más trabajosa para mi, ya que he tenido que escanear, pasar de pdf a jpg, abrirme una cuenta en un intercambiador de archivos...
Pero merece la pena si se disfruta....

En el año 1965 había propaganda sobre un fármaco eficaz, de perfil sedativo llamado MELERIL, la tioridazina. Este producto en el año 2005 se asoció con problemas cardíacos, tras más de cuarenta años de uso. Este agravio al anciano meleril, neuroleptico clásico, coincidió con el lanzamiento al mercado de jóvenes antipsicóticos  neurolépticos psicofármacos. Moléculas de otra generación, con una buena preparación adquirida en laboratorios y agencias de marketing.
Para los que nunca vieron pacientes con más de cuarenta años de ingreso, diré que en el psiquiátrico (manicomio) donde yo empecé a (de)formarme se decía que "llegando abril, eskazine y meleril". Lo que indica la popularidad y uso de dichos fármacos. 
El eslogan oficial del MELERIL rezaba: "el neuroléptico que facilita la reinserción social del enfermo psiquiátrico"- Muy similar a los nuevos temas de los superventas. 

La Sandoz lo comercializaba. Esta compañía suiza en los noventa fue fusionada con ciba geigy en un gigante llamado Novartis,. En aquellos tiempos elegantes, -que comenzaban a mercantilizarse y globalizarse, pero aún se mantenían elegantes-, se repartieron una serie de laminas pintadas por pacientes y comentadas por grandes psiquiatras de la época, como promoción del MELERIL. Nombres conocidos y reconocidos como Jean Delay, Gonzalo R. Lafora, E. Cunningham Dax,... y el que he traído aqui: Dr. Honorio Delgado
Esta serie de laminas se extiende desde 1963 hasta 1978. La de 1966,-casualmente la serie 10- le correspondió al Dr. Honorio Delgado.

Las comparto con ustedes en esta, la entrada número 100 




 



los cuadros están aqui:





Quisiera aprovechar esta entrada para mostrar mi agradecimiento por todas las lecturas que se me han aconsejado, que he disfrutado, comentarios que me han hecho pensar, aportaciones,... por el tiempo compartido de esta extraña manera.
Gracias 

viernes, 5 de agosto de 2011

La marea del trastorno bipolar: nada nuevo bajo el sol

En la entrada previa (gracias anónimo por los datos y las referencias, gracias Jony por la sensatez) lamentaba el no tener referentes anteriores a la década de los ochenta. Al llegar al trabajo me acordé de que allí tengo (redoble de tambor y voz pomposa de presentador de circo): el Tratado de psiquiatría de H. Ey. Un lugar donde aprender en cada línea.
Me ha sido grato y me ha sorprendido leer "en Nueva york en 1928 existían 10 primeras nuevas admisiones de maníaco depresivos por cada 100.000 habitantes. En 1947 3,7 por cada 100.00 habitantes.....en un periodo de 30 años la enfermedad maníaco depresiva, en Nueva York, se redujo aproximadamente en un tercio"
Parece que el TB, antigua PMD, sube y baja por "influencias" desconocidas. Hace años -casi un siglo bajo mucho -supongo que el descenso fue a favor del diagnóstico masivo de esquizofrenia o del trastorno de personalidad múltiple (patología muy diagnosticada por los expertos en personalidad múltiple)-. Ahora ha subido mucho... Ya giraran las cosas 

Esta marea ascendente se puede deber a que (cito a José y Amaia) "La ciclotimia es un diagnóstico hoy en día muy raro (porque, como decía Castilla del Pino en una entrevista, lo que antes eran ciclotímicos los llamamos ahora bipolares, contribuyendo a una de las múltiples epidemias psiquiátricas de nuestro tiempo), ..." Es decir, patologizando lo caracterial.

Quizás en una década el TDAH de los adultos quite el diagnostico a los TB adultos y el TB en niños quite el diagnóstico a los TDAH infantiles...pero como ahora todo es comorbido seguro que pueden tener las dos a la vez... aunque según las teorías que sostienen la neuroquímica ficción de estos trastornos es, cuando menos, incompatible.


La foto es una puesta de sol desde las puertas del cielo (ports del cell) frente a las islas ses margalides, al noroeste de la isla

jueves, 4 de agosto de 2011

Trastorno bipolar.... ¿que tiene de malo la psicosis maníaco depresiva?

En agosto del 2009 en un estudio publicado en el “Journal of Clinical Psychiatry”,  vieron que hay un sobrediagnóstico de trastorno bipolar. Este hecho traía problemáticas consecuencias,como pueden ser medicaciones poco adecuadas y  no recibir la atención adecuada para sus problemas reales.

Nunca he entendido porque le cambiaron el nombre. La verdad es que describía muy bien lo que había: cuadros psicóticos con alternancia de manía y depresión.
¿Cambiaron el nombre por el estigma? Más lógico sería que cambiasen el de esquizofrenia. "Psicótico maníaco depresivo" no era un termino con el que la gente se insultase en los patios de recreo. Supongo que esa no fue la razón. 
Si alguien me puede decir de donde surgió el cambio de nombre que me de referencia. Cuando yo llegué a la psiquiatría (1999) el TB estaba ya impuesto sobre la PMD. Sé que la lucha fue en los ochentas y que Akiskal comandaba el TB, que no halló casi resistencia para imponerse sobre el PMD. (como tantas otras sutilezas que nos han colado)


Otra cosa que me choca es la incidencia. Los más optimistas dicen que hay hasta un 20% de trastorno bipolar . ¿Cuanta psicosis maníaco depresiva había? en Internet no he encontrado referencias y mis libros antiguos o son de la década de los noventas o hablan de otros temas (esas fotocopias de "psiquiatría existencial" de la editorial Gredos). Quizás los más ancianos del lugar lo sepan- y lo puedan transmitir a las jóvenes generaciones que vienen detrás de mi-. Si se admiten apuestas yo creo que un 2%  a lo sumo

Más cambios con los criterios. Cuando yo empecé me decían (los más ancianos del lugar) que una fase maníaca cuando el paciente estaba tomando antidepresivos no justificaba que se considerase una fase maníaca de una psicosis maníaco depresiva sino una reacción a la medicación. Del mismo modo me decían que los neurolépticos deprimían a la gente (y es verdad, yo lo he visto) así que había que ser prudente porque la depresión y los síntomas negativos podían ser yatrogénicos (causados por la medicación)
Ahora es justo lo contrario. Hay una política inclusivista. Una fase maníaca sirve, aunque estés hasta las trancas de anafranil (un antidepresivo de los sesenta célebre por dar virajes maníacos) o de alcohol. Artículos bienpensantes avisan que una mujer que bebe alcohol puede ser una bipolar,... y el que busca encuentra.
Para diagnosticar hay que buscar en la historia algún "gasto excesivo" que se recuerde, alguna etapa de ánimo alto,... todo sirve para haber tenido una fase hipomaníaca y ser bipolar.

Muchos bipolares actuales antes se hubiesen llamado ciclotímicos y eso era una alteración del carácter.

El fármaco que se emplea era el litio. Se sabía que su retirada causaba con frecuencia fases maníacas. Ahora se utilizan variados antiepilépticos de los que sabemos poco a la hora de su retirada. (Pero me temo que van como el litio) A la hora de utilizar los nuevos antiepilepticos (eutimizantes) lo que se nota -sobre todo con la lamotrigina- es que los pacientes que lo toman se vuelven dubitativos, obsesivoides, lo que los clásicos llamaban epileptoides. Pero a lo mejor es cosa mía que me fijo demasiado.

Y lo más divertido del cambio es que ahora existe el trastorno bipolar unipolar, (rizando el rizo). También es curioso que ya no es un trastorno, que ahora es un espectro, y como buen espectro no sólo abarca lo visible sino también ultravioletas e infrarrojos.

Todo esto lo escribo porque hoy a una mujer de 50 años (con diagnóstico de distimia, trastorno límite, trastorno bipolar tipo uno,...) la vieron en urgencias de un hospital por que estaba de vacaciones allí tras la muerte de su padre y la diagnosticaron de trastorno de ansiedad. La medicaron con un neuroléptico moderno (que aumenta la mortalidad un 41% según un estudio publicado en el lancet) y sugerían que posiblemente fuese un TB tipo II tras una única visita en urgencias de menos de una hora.

Creo que la PMD es uno de los diagnósticos más dificiles y que más tiempo requiere para poder asegurarlo. Y que como tantas cosas en psiquiatría es fácil de poner y difícil de quitar. 

Por cierto, ¿sabéis que en el CIE 10 no existe el trastorno bipolar tipo II? ¿qué sólo existe en el DSM?

Esta vez la foto la he sacado yo, es Cala Blanca, una de las de mal difícil acceso de la isla...
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