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jueves, 26 de agosto de 2010

una única neurona no hace sólo eco

Parece que en esto de las neurociencias nos contradecimos cada poco.
¿Recordais cuando decían que las neuronas eran un equipo, que es necesaria una red, que una neurona sola no es nada y todas las metáforas sociedad-cerebro...? pues una se basta para discriminar secuencias temporales
os dejo el enlace a un blog que nos traduce y simplifica los avances de las ciencias
aquí

los 52 items contra el estrés


He releido  los 52 ítems probados de tareas sencillas que reducen el estrésdel grupo de la Universidad de Mujeres de Texas.
Se pueden leer todos en una entrada previa pero básicamente se dividen en tres grandes grupos: organización, cuidado de los demás y de uno mismo y miscelánea.
El primero, la organización, sería evitar el caos en la vida de uno, poner orden. Aconsejan levantarse 15 minutos más temprano en la mañana, prepararse para la mañana la noche anterior, anotar las cosas que hay que hacer durante el día, llevar a cabo un mantenimiento preventivo del coche, los electrodomésticos, la casa. Por supuesto dicen que hay que evitar dejar todo para última hora y que hay que planificar con anticipación. Un consejo que me ha parecido útil en la organización es el de quitarse las tareas desagradables primero, para que así el resto del día sea agradable.
Todo esto parece que va dirigido a tener esa sensación de control que nos permite sentirnos cómodos, que nos evita vivir en la incertidumbre en la que realmente vivimos.
El segundo bloque trata de cuidar a los demás y a uno mismo, dicen que hacer algo por los demás y amar y ser positivo evita el estrés. Ahora bien también ponen en otro ítem que es necesario tener capacidad para perdonar a las personas, así que amando y siendo empático nos podemos llevar algo de estrés. Insisten en un punto que he visto en otros estudios que es evitar a las personas tristes y establecer relaciones con personas positivas.
Sobre la relación con uno mismo, -un tema interesante ya que es la relación más intensa que tenemos en nuestra vida ocupándonos 24 horas al día, siete días a la semana,- nos aconsejan elegir un entorno favorable, cuidar el aspecto, evitar ese lenguaje autodestructivo que a veces nos hace tanto daño,… dedican numerosos consejos al cuidado de uno mismo con cosas como tomar un baño o una ducha al día, descansar, hacer ejercicio,…
A la vez dedican numerosos puntos a  la importancia de saberse limitado, es decir, saber que uno puede fallar y evitar eso que nos sienta tan mal que es el “yo puedo”. Las mujeres que hacen este estudio quizás pequen de previsoras a los ojos de los hombres del tipo de “yo ya lo sé” y aconsejan cosas que suenan tan extravagantes como realizar preguntas, hacer planes contingentes sencillos y útiles por si algo falla, saber decir no a proyectos adicionales, actividades sociales e invitaciones para las cuales no tenemos  el tiempo suficiente o la energía necesarios.
En la miscelánea hay cosas que si uno se para a pensar resultan muy útiles como ir preparado para esperar. Lleva algo que permita entretenerse por si hay que esperar por algún motivo no previsto. Dos muy útiles que yo combinaría son: dejarse un tiempo para la reflexión cada día y anotar pensamientos y sentimientos. Cuando uno tiene preocupaciones, o un problema el tomarse unos minutos para escribirlo hace que el cerebro lo enfoque de otra manera, lo vea de manera más lineal. A veces el pensar sobre ello una y otra vez hace que se active un programa de centrifugado, que no aclara nada, evitando avanzar hacia una solución.
Desde luego ponerse a cambiar de estilo de vida hacia uno mejor es útil y, a veces, necesario. Esto requiere un esfuerzo, una constancia y se supone que tiene la recompensa de una vida más organizada y con mejor relación con los demás y con uno mismo, lo que sería una buena definición de la vida tranquila.

martes, 24 de agosto de 2010

me han recomendado un relato donde me he encontrado una frase

A veces, por la experiencia diarias y las lecturas llegas a tener un conocimiento, una idea, intuición o concepto difícil de expresar. Sabes lo que quieres transmitir pero el explicarlo te obliga a hablar de ideas previas, necesitas delimitar las consecuencias de lo que dices... Y de repente un día ves una frase hermosa que resume todo lo que pensabas de manera sencilla y precisa.
No soy partidario de las grandes frases pequeñas. Una idea que cabe en una camiseta no suele ser una gran idea, -creo que lo que la engrandece las ideas es el desarrollo, no el eslogan- pero el otro día gracias a la lectura recomendada por cosas que tu psiquiatra nunca te dijo pude leer en el relato breve de "el alienista" una frase que resume las ideas que tenía sobre la cosificación del diagnóstico en psiquiatría, el distanciamiento que existe hacia el paciente al plantificar el diagnóstico, una frase simple. Decían del protagonista que era: "Frío como un diagnóstico"
Que manera más breve y hermosa de explicar lo que es un diagnóstico.

Dejo aquí el parrafo:

El instante en que doña Evarista puso los ojos en la persona de su marido es considerado por los cronistas de la época como uno de los más sublimes de la historia moral de la humanidad, y ello en virtud del contraste entre las dos naturalezas, ambas extremas, ambas egregias. Doña Evarista dejó escapar un grito, balbuceó unas palabras, y se arrojó sobre su consorte, con un gesto que no puede ser mejor definido que comparándolo con una mezcla de pantera y tórtola. No así el ilustre Bacamarte. Frío como un diagnóstico, sin desgonzar un instante la rigidez científica, extendió los brazos a su señora, que cayó en ellos y se desmayó. Corto incidente; al cabo de dos minutos, doña Evarista recibió los saludos de los amigos, y la comitiva se puso en marcha.

lunes, 16 de agosto de 2010

VOZ PARA LA SALUD MENTAL PITIUSA

los compañeros de DEFORSAM inician aventura -rehabilitadora y luchando contra el estigma- en las ondas y en la red. Siguiendo el ejemplo de la radio colifata y otros grupos realizan un programa semanal los lunes en onda cero de Ibiza y Formentera. Los que no viváis en estas islas lo podéis oír en su blog. http://radiocoliflor.blogspot.com/

Una iniciativa digna de aplauso que empieza con arranque y que esperamos sea semilla y lugar de encuentro y aviso de más acciones pro salud mental en las islas pitiusas.

jueves, 12 de agosto de 2010

Cannabis

Tengo tendencia a evitar las polémicas, las discusiones. Pero me pidieron que escribiera sobre el cannabis para gente que conoce poco y dando una visión neutra. Como pasa con algunas figuras históricas una visión neutra es muy similar a la visión de los partidarios o la de los enemigos. Es difícil mantenerse neutral en este tema por las experiencias y expectativas, porque toda percepción pasa por el filtro de las emociones y por que uno que es sujeto y no puede ser objeto. Muchos artículos científicos son directamente financiados por algún interés económico. Esto viene a ser como preguntar a un bodeguero si el vino es bueno para la salud o a un empresario de industrias cárnicas por las bondades de ser vegetariano.
Los artículos que cito aquí no los ha financiado ninguna industria farmaceutica - al menos que yo sepa-.
Y antes de hablar del cannabis, sabiendo que en este tema hay mucho elitista, mucha singularidad -más o menos como con el vino actualmente y con el tabaco anteriormente- perdonen mis múltiples errores, mi intención es puramente divulgativa.
Los primeros experimentos con cannabis provienen del Club des Hachischins (Club de consumidores de hachís), fundado a mediados del XIX por el psiquiatra Moreau de Tours. Su obra fundamental es Du hachisch et de l'aliénation mentale (Del hachís y de la alienación mental) en la que consideraba el cannabis como "un medio poderoso y único de exploración en materia de patogenia mental", es decir, que las experiencias con cannabis te permitían explorar el mundo de los alienados (los pacientes psiquiátricos con trastorno mental severo) Tenía la esperanza de poder utilizar el cannabis en el tratamiento de algunas enfermedades mentales, pero ya en aquella época vieron que causaba síntomas similares y, en ocasiones, la propia enfermedad.
Este año han aparecido dos artículos en buenas revistas científicas con estudios prospectivos. Un estudio prospectivo es un estudio en el que eligen a un grupo de gente y los siguen durante años a ver cuáles son sus hábitos y lo que les sucede. No es lo mismo coger a cien pacientes deprimidos y ver si han fumado –estudio retrospectivo-, que coger a cien personas ver cuántos fuman, cuántos no fuman, seguirlos diez años y ver si se deprimen más los fumadores que los no fumadores. Este segundo tipo de estudio -prospectivo- es más caro, más complicado y más preciso. Evita sesgos de la memoria del paciente y del observador, además permite valorar más los factores de confusión.
En marzo el Archives Of General Psychiatry nos dice que el consumo prematuro y prolongado de cánnabis se relaciona con la psicosis. Lo que hicieron John McGrath, y su equipo del Instituto del Cerebro de la Universidad de Queensland, en Australia fue ir evaluando a 3.801 adultos jóvenes nacidos entre 1981 y 1984. A los 21 años de seguimiento compararon el consumo de cánnabis en los últimos años con varias medidas sobre psicosis. El 17,7% había consumido cánnabis durante tres o menos años, el 16,2% durante cuatro o cinco años y el 14,3% durante seis o más años. Los resultados fueron claros, a más tiempo consumiendo mayor riesgo de psicosis (el doble) y multiplicaban por cuatro su capacidad para tener delirios. Además, los individuos que habían experimentado alucinaciones en etapas tempranas de su vida eran los que habían consumido cánnabis de manera más precoz y frecuente. No es raro el resultado ya que el cannabis es una droga psicotrópica que modifica la percepción de la realidad (interna y externa) del sujeto que la toma.
En el British Journal Of Psychiatry en abril publicaron los resultados del consumo ocasional de cannabis en la adolescencia, un estudio de seguimiento de 10 años. Tomaron 1943 estudiantes de escuelas secundarias y los entrevistaron en ocho ocasiones desde que tenían 15 años hasta los 24 años. Vieron que los adolescentes consumidores ocasionales de cannabis que continuaron con un consumo ocasional hasta la edad adulta temprana tuvieron mayores riesgos de desarrollar una dependencia al alcohol y de consumo de drogas ilícitas, así como menos posibilidades de completar algún grado de educación después de la secundaria que los no consumidores. Aquellos que consumían cannabis, por lo menos una vez por semana durante la adolescencia o a la edad de 20 años, se encontraban en mayor riesgo de tener problemas de consumo de drogas en la edad adulta temprana. Aquí surgen dos opciones: o bien eran ya personalidades adictivas que se hubiesen “enganchado” a cualquier droga o bien el cannabis ha generado sus efectos sobre la personalidad del individuo convirtiéndolo en un adicto.
Es decir, que el consumo de cannabis reporta mayor riesgo de psicosis, de alucinaciones, de consumo de otras drogas y de escaso rendimiento académico tras la secundaria.
A raíz de la proliferación de sin-semilla o “skunk” –una variedad de marihuana con altísimo contenido de THC- observaron que aumentaban los casos de psicosis, así, tras un estudio publicado en British Journal of Psychiatry, 2009; 195, (6):488-491 relacionaron que las concentraciones del ingrediente activo del cannabis, el delta-9-tetrahidrocanabinol (9-THC), incrementan el riesgo de psicosis
Lo que me extraña es que cuando descubren que el THC es útil para disminuir los vómitos de los enfermos terminales den la noticia en todas partes a bombo y platillo y cuando descubren que los consumidores de cannabis tienen un alto riesgo de desarrollar psicosis, nadie se haga eco de la noticia.

martes, 10 de agosto de 2010

Manía: de menor que cuatro a uno dos tres y cuatro

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua es maravilloso, de su célebre “pule fija y da esplendor” hoy me quedaré con el “fija”.
En el diccionario de 1734 aparece una denominación que hoy parece cómica pero que entonces era un cuadro de manía, en el sentido de entonces:
Manía lupina: cierta especie de melancolía, con la cual el que la padece suele salirse de casa a la noche y andar alrededor del lugar hasta el amanecer en cuatro pies como los brutos y aullando como los lobos busca las sepulturas y saca y despedaza los cadáveres y de día huye de los vivos. Algunos muerden como los perros.
Fíjate que el hombre lobo, como se apuntaba, era un lunático.
Creo recordar que había un psiquiatra interesado en un caso que hubo en Galicia en fechas tardías, pero el lobo ingresó en un manicomio,- tras varios asesinatos- y desapareció él y su historial.

Escribo el enlace por si hay curiosos que quieran seguir mirando diccionarios: http://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.

Pero mirad el maniaco:
Maniaco adjetivo que se aplica a la persona inútil, de corta habilidad y talento.
Es un morón, un F70-09, nada que ver con el sentido “psi” actual

Y la mejor, la manía
Manía: enfermedad de la phantasía que la altera y desordena, fijándola en una especie sin razón ni fundamento. Es voz griega Manía. Lat. Furor, insania.
Significa también extravagancia, capricho, tema y ridiculez de genio, y así se dice. Latín insania, exótica voluntas

La evolución del término manía en la lengua popular (sermo vulgaris creo que sería el latinismo apropiado) ha llegado a tener cuatro acepciones. Más o menos como en el lenguaje oficial, que la neurosis son ahora muchas enfermedades y de la psicosis cada vez se encuentra nuevas subdivisiones.

De ese inicio que afectaba a una función cerebral ya olvidada como la fantasía –mecanismo de defensa desterrado, función mental ilocalizable y por la tanto inexistente- ha llegado en la actualidad a pasear burlona por el cuadro maniaco, obsesivo, fóbico, paranoide. Es decir que este término “manía” libre de los corses de los laboratorios, lejos de los sesudos que se dedican a esto, cuando llega al hablar popular cruza, -ante el asombro de los sobrinos de Linneo- por todo el CIE 10 y el DSM IV. Desde síntomas de demencia (F00-F09) a casi todos los fragmentos de la neurosis (F40-49) pasando por síntomas de psicosis (F20-29), lo que deja en entredicho a nuestra pobre psicopatología descriptiva.
Manía, un significante con un significado englobador y ahora un significante con cuatro significados diferentes.

Manía, manía.
(Del lat. manĭa, y este del gr. μανία).
1. f. Especie de locura, caracterizada por delirio general, agitación y tendencia al furor.
2. f. Extravagancia, preocupación caprichosa por un tema o cosa determinada.
3. f. Afecto o deseo desordenado. Tiene manía por las modas.
4. f. coloq. ojeriza.
~ persecutoria.
1. f. Preocupación maniática de ser objeto de la mala voluntad de una o varias personas.

-manía.
1. elem. compos. Significa 'inclinación excesiva'. Grafomanía.
2. elem. compos. Significa 'impulso obsesivo' o 'hábito patológico'. Piromanía, toxicomanía.
3. elem. compos. Significa 'afición apasionada'. Melomanía.

jueves, 5 de agosto de 2010

la terapia de la violencia y la violencia de la terapia

Recientemente fui a Valencia a unas conferencias organizadas por el Centro Reina Sofía de prevención de la violencia. Unas charlas con el título de” Terapia breve: maltrato infantil y familia”.
La ponente era una persona muy cercana a la clínica, volcada al trato con los pacientes y la docencia, lo que hacía las jornadas especialmente interesantes. No venía una investiga-dora que vive en una torre de marfil, sino la directora del Centro Latino de Terapia Breve, del Mental Rese-arch Institute (MRI) de Palo Alto (California), una de las mecas de la psicoterapia, cuna de la psicoterapia breve y las teorías de la comunicación.
La charla fue eminentemente práctica, basándose en la presentación y discusión de casos clínicos. Los pro-fesionales enviábamos por mail los casos clínicos con antelación; la ponente se los estudiaba y los comentaba en grupo. La exposición de los casos y el enfoque que ella les daba, desde su perspectiva, fue preciso, original y enriquecedor.
Lo que me preocupó fue que la audiencia, formada por profesionales de distintas aéreas, -trabajo social, educadores sociales, psicólogos,...- a la hora de hablar de los casos tenían más dudas sobre el funcionamiento institucional que sobre el paciente o cliente, como le llamaban. Dejaban a la ponente sola hablando del paciente y entre ellos se preguntaban sobre la financiación, dependencia de organismo, relaciones interinstitucionales, competencias, flujo de pacientes, ratio de cuidadores,... una terminología basada en la ges-tión, más preocupada por la institución que por la relación con el paciente/cliente.
Me chocó, y me preocupó que los profesionales de la sala, -que se dedicaban a tratar a las víctimas de la violencia y los violentos-, ante un caso clínico discutido se centraran en las estadísticas de los comportamientos violentos, en las vagas generalizaciones. Preguntaban donde derivar, a quien avisar, las responsabilidades legales y el código civil, las conductas más frecuentes en ese rango de edad en vez de preguntar por el proceso de escucha, cómo conseguir aliviar el sufrimiento del paciente, como cambiar la tónica de relaciones abusivas.
La ponente intentó llevar la discusión hacia el paciente y su relación con él, pero fracasó. Y allí fue donde la discusión se hizo más extraña. Mientras la ponente hablaba de la individualidad de cada caso el público asistente hablaba de estereotipos. Si es una mujer, de tantos años, con tantas relaciones previas, que ha sufrido tal cosa tenemos que llevar a cabo esta técnica y si no funciona aplicar este criterio. Hablaban de estrictos manuales en vez de hablar de una relación terapéutica, comprensión y escucha.
Esta situación trajo a mi memoria a Procusto, un posadero de la mitología griega. En su posada había una sola cama que hacía que los clientes encajasen en ella: si el cliente era más pequeño la cama le estiraba los huesos hasta matarlo, si el cliente era más largo le cortaba los pies, la cabeza, o ambos, y si era del tamaño adecuado la cama se lo tragaba. Procusto se enriquecía quedándose con el equipaje del cliente.
Me preocupó que un tema tan problemático y difícil como el tratamiento de los violentos y sus víctimas acabe siendo una cama de Procusto en la que caen las personas que sufren, los casos individuales. Pensé que los protocolos y criterios diagnósticos que sirven como guía y orientación de un proceso terapéutico habían sustituido al proceso terapéutico. Como si conocer un plano esquemático de Ibiza fuese conocer Ibiza
Afortunadamente después de la conferencia, -de la que salí bastante irritado- había quedado a cenar con unos amigos –psicóloga ella y psicoterapeuta él- que venían del congreso mundial de psicoterapia celebrado en Los Ángeles. Este congreso se celebra cada cinco años, con las máximas figuras de cada tendencia de la psicoterapia actual: biologicistas, psicoanalistas, conductuales, cognitivos,... Me dijeron que, en ese foro, las últimas tendencias son basarse en la compasión, el encuentro con el otro y la búsqueda, mediante las neurociencias, del alma humana.
Por cierto una de las versiones de la posada de Procusto dice que cerró cuando el héroe Teseo empujó al posadero a su propia cama.

la comercialización de la ciencia

Hace ya un tiempo comenté el problema que trae simplificar demasiado las ideas para la divulgación, -tema que será recurrente-, pero no me centré en el mercadeo ridículo que trae la ciencia. Tras un estudio científico serio aparecen tanto investigadores que replican el experimento para contrastarlo, como empresarios desaprensivos que se quedan con una frase suelta y la utilizan como slogan publicitario. Ya sabemos que la salud vende. Cualquier objeto de consumo al que se le añada el adjetivo “saludable” se vende más. Si promocionas una camiseta diciendo que está entretejida con micropartículas imantadas para mejorar la salud, venderás más camisetas. Todo el mundo, en algún momento de su vida, cree que le hace falta más salud (y más dinero, y más amor,) y siempre hay gente dispuesta a decir que vende salud (y dinero y amor).
A raíz de los artículos sobre música, me escribieron un email comentando los DVD preparados especialmente para bebés, que se hicieron muy populares hace pocos años: la colección Baby Einstein y sus secuelas (baby Mozart, baby Galileo, baby “cualquiera puede ganar el nobel”).
La compañía Baby Einstein (que pertenece a la Disney), acogiéndose a varios estudios científicos creó una verdad “la música mejora el desarrollo de los niños” y pusieron un añadido falso “así que ver DVD de música también es bueno”. En beneficio de la venta no especificaron que música, cuanto tiempo, a qué edad, en qué condiciones,... y llegaron a ofertar unos DVD como niñeras, sustituyendo las horas de estar con otros humanos por horas viendo colores y sonidos en una pantalla.
El sentido común nos dice que por muy buena que sea la música no puede sustituir las horas de cuidado humano, pero a veces necesitamos acallar nuestro sentido común. Para una sociedad preocupada por el rendimiento laboral, en la que el tiempo de juego y crianza de los niños quita tiempo “productivo”, una verdad simple y que permite, apoya y justifica la dejación de las funciones parentales es adecuada y conveniente. No solamente no hay peor sordo que el que no quiere oír, también es peligroso el que dice lo que se quiere oír, y muchos querían oír que la televisión cuidaba bien a sus niños.
Los estudios serios realizados con posterioridad a la venta de estos DVD fueron concluyentes, cuanto antes empezaban a ver la televisión y más horas la veían menos desarrollaban el vocabulario, adquiriendo más problemas de sueño, peor rendimiento académico a los seis años, y más datos negativos en los que profundizaré la próxima semana. Ahora la Disney, en los EEUU, para evitar enfrentarse a un juicio millonario, ha tenido que devolver el dinero a todos los que compraron esos DVD.
En la mitología griega, dicen que los troyanos al ver el caballo de madera que habían abandonado los griegos se sorprendieron. Hartos de la guerra quisieron pensar que era un regalo de rendición y entrarlo a la ciudad. Un adivino, Laocoonte, les dijo la verdad: era un regalo envenenado que traería la perdición de Troya. No le escucharon (de hecho mandaron unas serpientes para matarle a él y a sus hijos) y lo entraron. Dentro del caballo estaba el ejército que derrotó a la ciudad.
Las verdades científicas son inocuas y sin ánimo de lucro, (como un caballo de madera) y es fácil permitirles entrar entre nuestras creencias. El uso que se hace de las verdades científicas (llenarla de un ejército armado) es lo peligroso.

Música en las neuronas

La música nos acompaña, como mínimo, desde que somos humanos. Tenemos el ritmo en nuestra vida. Los latidos del corazón, las respiraciones, el ciclo sueño-vigilia,… todo lo que nos mantiene vivos y sanos va con ritmo. La música, que es una combinación de melodía y ritmo, es un fenómeno cultural basado en una necesidad biológica. Ya Pitágoras utilizaba la música porque pensaba que existía una relación íntima entre los movimientos de la música y los movimientos físicos y psíquicos, ejerciendo la música un poderoso influjo sobre el estado de ánimo del ser humano. Pero ¿desde qué edad nos es positiva la música?
Hay un estudio que mostró que los bebés oyen desde el útero materno y que lo recuerdan.
La doctora Alexandra Lamont, de la Universidad de Leicester, estudió a 14 bebes cuyas madres ponían a sus hijos durante los tres últimos meses de embarazo una pieza de música. A la edad de un año, tomó esos 14 bebes y otros 14 que no habían escuchado música antes de nacer, les puso varias piezas –entre ellas la que habían oído en el vientre materno- y midió como se comportaban y si miraban a sus madres. De los 14 bebes que habían oído la música 11 se giraron más hacia sus madres y mostraron conductas de alegría con la pieza que habían oído en el vientre materno. Los 14 que no habían oído la pieza se portaron igual sin importarles la música de fondo. Según la investigadora esto demuestra que la música representaba algún papel en el desarrollo de los lazos emocionales. Quizás vaya algo lejos en sus conclusiones, lo que es cierto es que, al menos, la reconocían y les gustaba.
Otro estudio interesante se realizó con bebés prematuros y música de Mozart. Fue realizado por investigadores del Centro Médico Sourasky de Tel Aviv (Israel), dentro del programa internacional Nidcap (Programa de Asistencia y Atención individualizada de los recién nacidos) que investiga diversos métodos para aumentar el desarrollo y bienestar de los neonatos en las unidades especializadas de los hospitales. El Dr. Dror Mandel y su equipo pusieron música de Mozart a 20 bebés nacidos prematuramente. Se midió su actividad metabólica y vieron que los niños expuestos a Mozart utilizaban menos energía, así que ganaban peso y mejoraba más rápido su estado.
No saben con exactitud porque esto sucede, ni porque Mozart en vez de Bach o Schubert pero no son los únicos que han encontrado estos resultados. En la Universidad de Alberta en Canadá se dedicaron a estudiar investigaciones publicadas entre 1989 y 2006 para comprobar la eficacia y validez de utilizar la música -estos “estudios de estudios” gozan de gran predicamento entre las investigaciones científicas y se denominan “meta análisis”-. Pues bien, en este meta análisis, vieron que en la mayoría de estudios apuntaban a que la música estabiliza el estado del recién nacido, aumenta la saturación de oxígeno y acelera el aumento de peso acortando la estancia hospitalaria. Vieron que muchos estudios comparaban los indicadores indirectos de dolor (la tasa cardiaca, la tasa respiratoria, la saturación de oxígeno, movimientos y llanto) al realizar pruebas dolorosas (el pinchazo del talón al recién nacido) con y sin música y los autores concluyen que existen evidencias preliminares para sugerir que la música podría tener beneficios en términos de parámetros fisiológicos, estados de conducta y reducción del dolor durante procedimientos médicos dolorosos. Es decir, que con música duele menos.
Y esto es sólo al principio de la vida, conforme vamos creciendo sigue resultando positiva, y eso lo abordaremos en próximos artículos

Música y cerebro, la conexión

En el Instituto Max Planck de Desarrollo Humano en Berlín (Alemania) han hecho un estudio publicado con un llamativo titular: “Cerebros haciendo swing en concierto: sincronizan la corteza cerebral mientras tocan la guitarra
El diseño del estudio ha sido muy sencillo. Lo que han hecho estos científicos ha sido tomar parejas de guitarristas y hacerles tocar hasta 60 veces una melodía corta de jazz-fusión y mientras tanto medir las ondas cerebrales por electroencefalografía.
Se encontraron similitudes entre las fases de ondas cerebrales en el cerebro de los músicos cuando oían el ritmo de un metrónomo como preparación para iniciar el tema y luego iban aumentando las sincronías cuando comenzaban a tocar juntos. Según Ulman Lindenberger, coautor del estudio, "nuestros descubrimientos muestran que las acciones coordinadas interpersonalmente están precedidas y acompañadas por emparejamientos oscilatorios entre los cerebros".
Este es el hecho: que los cerebros al tocar juntos van al ritmo. Las explicaciones son variadas y cada una tiene sus conclusiones.
Si esta sincronización es una respuesta al ritmo del metrónomo y la música, quiere decir que el sonido influye en nuestras ondas cerebrales de manera similar, que oír la misma música nos predispone a realizar mejor tareas en equipo. Otra hipótesis sería que el ver los movimientos y escuchar la música de la pareja de interpretación hace que las ondas se sincronicen; seguir voluntariamente al otro hace ambos cerebros vayan al ritmo. Una tercera y más arriesgada sería pensar que primero tiene lugar una sincronización cerebral y que, al producirse esta, se produce una actuación coordinada. Pero esto ¿se podría demostrar?, ¿se podrían sincronizar las ondas cerebrales voluntariamente para así funcionar mejor como equipo?
En el 2001 un equipo de investigación del Imperial College, de Londres, dirigidos por el Dr. Gruzelier probó un experimento más arriesgado y complejo que el que acabamos de describir. Enseñó a 38 músicos del Royal College of Music a controlar su ritmo cerebral, a hacer funcionar todos los cerebros a la misma frecuencia de onda antes de que sonase cualquier melodía.
El equipo utilizó un ordenador que respondía a los estímulos eléctricos del ce-rebro, para diseñar un juego consistente en mover por la pantalla la imagen un barco hacia el horizonte. El barco sólo se movía si los músicos utilizaban las ondas cerebrales adecuadas (14 ciclos por segundo), si no lo hacían el barco retrocedía. Cuando el músico dominaba sus ondas cerebrales, aparecían en el cielo de la pantalla unas gaviotas.
Entrenados con este sencillo juego todos pudieron “sintonizar” su cerebro voluntariamente a las ondas que habían ensayado para mover el barco en el juego. Se les pidió que interpretaran la pieza que ellos quisieran durante 15 minutos, poniendo antes su cerebro a la frecuencia ensayada y se grabó su actuación en vídeo. Posteriormente la interpretación fue evaluada por un grupo de expertos de fama internacional para ver si había variado la calidad de tocar “normal” a tocar con el cerebro “sincronizado”.
Se demostró que cuando estaban todos con su cerebro a las ondas ensayadas mejoraban su interpretación, su musicalidad, así como su comunicación con el público. Las características que valoraron como más cambiadas eran la concentración y la imaginación.
Así pues parece ser que al tocar música juntos sincronizamos nuestras ondas cerebrales, y que podemos ser entrenados para sincronizar nuestras ondas cerebrales lo que nos permite funcionar mejor en grupo… al menos para interpretar música.

la adicción como espejismo

El otro día hablábamos de adicciones “no tóxicas”, y apuntamos el de la comprensión de estos pacientes que tienen una actividad que pasa de la afición a adicción. Una actividad normal (comprar, trabajar, comer,..) que pasa a ser una actividad que ocupa todo su tiempo y pensamiento. La afectividad, el interés que antes mostraban en otras parcelas de su vida ahora se ocupa en una sola. Aparece una adicción que es una relación exclusiva, excluyente y que llena su vida, no dejando espacio para nada más.
Estas terapias son complejas. Podemos llevar a un paciente al mejor equipo del mejor lugar, pero si el paciente no es consciente de que tiene un problema, no hará nada para cambiar, y estos pacientes, habitualmente, no se dan cuenta de que tienen un problema. Pasan más tiempo negando y disimulando el problema que pensando en solucionarlo. Además sienten la adicción como algo positivo que les place y les calma, como algo que llena y da sentido a sus vida. Algunas veces, para dificultar aún más la terapia, han hecho contactos sociales que apoyan y valoran su adicción aunque esta les este arruinando su vida, ayudándoles a negar la realidad y seguir cegados con la adicción.
Pongamos por ejemplo el adicto a las compras por Internet, que no puede con la hipoteca, está a punto de perder su empleo pero tiene mensajes diarios en su buzón, en la publicidad, animándole a comprar, dándole “facilidades de pago”, y además está en varios foros donde hablan de ofertas y tiene varios “ciber amigos” que le animan en su carrera por ser el número uno en compras… ¿Por qué va a querer cambiar su vida si cree así está bien y más gente opina como él?
Si no tenemos toda la información sobre lo que pasa es difícil ver a uno de es-tos adictos como un enfermo. A veces por apoyar a la persona, sin querer, apoyamos la adicción. Muchas personas con buena intención les dan consejos que el adicto, que este por su visión parcial y sesgada, convierte en justificaciones para apoyar sus actos. Les dan dinero para “salir del bache” que gastan en su adicción hundiéndose aún más.
Para iniciar la terapia es fundamental el momento de inicio, el paciente ha de ver el problema, y, a veces, tiene que estar muy hundido para darse cuenta o hay que ser muy directo para que vea como es su problema, porque el adicto verá en cualquier ataque a la adicción un ataque a una parte de sí mismo. Vera la confrontación con su problema como un ataque a su persona. La “extirpación quirúrgica” de su adicción es complicada, porque el paciente no lo vive como una mejoría, sino como una pérdida de la actividad que un día fue placentera y ahora llena su tiempo, aunque le arruine la vida. Para un profesional es complicado ayudar a estos pacientes. No hay métodos milagrosos que lo solucionen, hace falta un trabajo constante por parte del paciente y avanzar paso a paso.
El tratamiento ha de ser, por una parte de control de la conducta adictiva, y por otra parte la búsqueda de las causas que han generado esa adicción, para evitar que se vuelva a repetir.
Para controlar la conducta adictiva algunas escuelas propugnan que, de inicio, la persona no tenga ningún descontrol con respecto a su conducta adictiva. Se realiza un análisis exhaustivo sobre la conducta que mantiene esa persona, para poder determinar la frecuencia, las consecuencias y los factores que mantienen esa conducta adictiva y se lleva un control riguroso de los gastos que genera la persona, limitando el acceso al dinero, a la conexión a Internet, a la comida... La excusa clásica del “yo controlo” pasa a ser un “controlan que controlo”. En algunos casos llega a ser penoso (neveras y alacenas con candados, ordenadores con cables bajo llave, tarjetas de crédito suspendidas y nadie en la casa con dinero suelto, etc..) y aún así el paciente, a veces, se las ingenia para seguir con su conducta.
Otras escuelas realizan lo que se llama técnica de exposición con prevención de respuesta. En un primer caso evitar los estímulos que provocan ganas de realizar la conducta, luego realizar los estímulos vigilado, y finalmente solo y controlando. En caso de un adicto a las compras sería no entrar en ninguna tienda al inicio, luego entrar acompañado y sin comprar, para finalmente, permitirle comprar lo que necesite
Existe más técnicas que han de ser aplicadas a la vez que lo anterior como la reestructuración cognitiva. que se centra en los pensamientos que tiene la per-sona son para desencadenar la acción. Es fácil pensar que si el adicto se plantea de manera realista las cosas: que está arruinando a la familia, que no va a poder hacer frente a las deudas, etc... tenga algún impedimento más para realizar la conducta. Mientras que si piensan “rarezas”: tengo un sistema para ganar siempre, no hago daño a nadie, soy insustituible en el trabajo…seguirá con su conducta de riesgo.
Pero todas estas técnicas han de pasar por el filtro de lo humano , la comprensión de que le pasa realmente a la persona que necesita llenar su vida con un espejismo que le destroza a sí mismo y a los que están cerca de él.

adictos modernos

Recientemente han aparecido numerosos artículos en prensa científica y no científica sobre las llamadas adicciones “no toxicas”. En estas no hay ningún estupefaciente involucrado a diferencia de las adicciones llamadas “tóxicas”, las que suceden por consumo de sustancias como el tabaco, alcohol, hachís, cocaína, etc. Las llamadas “no tóxicas” no crean dependencia por el hecho de tomar una sustancia, sino por el simple hecho de realizarlas. Adicciones al juego, las compras, la comida, el trabajo, el sexo, las nuevas tecnologías y al amor, son las más clásicas de estas modernas adicciones.
Hay una característica diferencial muy importante. Uno puede tomar alcohol o no tomarlo, puede fumar o no hacerlo, pero ¿puede no comer o no comprar? ¿Se puede no usar las nuevas tecnologías, no amar?¿es posible eliminar totalmente el trabajo o el sexo de nuestra vida? Las adicciones no toxicas tienen una diferencia no en el hecho de existencia o ausencia de conducta adictiva, sino en la cualidad de la actividad.
Para ayudar a diferenciar cuando nuestra actividad normal comienza a ser una adicción “no tóxica” es muy útil la secuencia evolutiva de las adicciones, descrita por Krynch, sobre cómo se va pasando desde una conducta que es placentera (comer, amar, comprar,…) hasta que se está “enganchado” y se es un adicto.
En su artículo de 1989 dice que uno comienza a dar el paso hacia la adicción cuando hay un aumento de los pensamientos referidos a la conducta problema. La persona que cuando está en el cine, viendo relajadamente una película, comienza a pensar en las compras, o en la partida de ordenador mientras se está con los amigos, etc.…Esa conducta primero ocupa el pensamiento y después quita tiempo, energía y deseo para otras actividades. Uno deja aficiones que tenía, a causa de su adicción. No va a las torradas con los amigos para quedarse haciendo algo para el trabajo en un día festivo. Poco a poco, su adicción se convierte en el único tema de su interés. Llegando a este punto, la familia, los conocidos, suelen confrontarle con su cambio de actitud, y el adicto tiene dos respuestas típicas; el célebre “yo controlo, puedo dejarlo cuando quiera” o el “no estoy enganchado es que…” y dan una respuesta que lo justifique. Por ejemplo; un adicto a las compras que se compra una cortadora de césped que no necesita, viviendo en un apartamento en el centro de Sant Antoni, y dice que “es que estaba muy barata…” Hay una justificación personal y un intento de convencer a los demás por medio de una distorsión acentuada de la realidad.
El sujeto adicto experimenta entonces un deseo intenso de llevar a cabo la conducta adictiva, bien sea comprar, comer o trabajar, pero ya no le proporciona satisfacción; ahora lo hace para calmarse. Ya no se descarga juegos para jugar sino porque siente la necesidad de descargarlos. Cree que al descargarlos se va a encontrar mejor, pero ya funciona esta conducta como una adicción. Realizan la acción no para encontrarse bien, sino para no encontrarse mal. El fumar lo único que calma es el “mono” de nicotina, no calma nada más. En esta fase ya comienza a requerirse ayuda profesional, pero el paciente suele negarlo y aparecen consecuencias negativas crecientes. La familia, los amigos, la cuenta corriente,…. todo se resiente del tiempo y energía que deberían ser empleados en gran variedad de actividades pero que son dedicados en exclusiva a la adicción. A medida que los efectos adversos de la conducta aumentan, el adicto comienza a tomar conciencia de la realidad y realiza tentativas para controlar la conducta por sí mismo. Tentativas que habitualmente fallan.
En este avocamiento descrito, que parece apocalíptico pero es real, todavía se resisten a pedir ayuda y si tienen apoyo en su adicción –gente que les presta dinero, que les facilita o tolera su conducta, que minimiza su problema- aguantan en este estado todo el tiempo que pueden, sin reparar en las consecuencias negativas a largo plazo
Como cada vez tiene menos apoyos emocionales reales, (los amigos, la familia se hartan y se rodea de gente que se aprovecha de su debilidad aumentándola) el sujeto tiene menor capacidad de aguante ante las emociones negativas y las frustraciones cotidianas. Su adicción es la única vía para hacer frente al estrés que depara la vida.
Como la comprensión de estos pacientes y cómo abordarlos requiere más espacio, en un próximo artículo hablaremos de ello.

alucinaciones y delirios

El 15 y 16 de abril se celebro en Barcelona al Symposium Internacional sobre Actualizaciones y Controversias en Psiquiatría en el que diferentes figuras de primer orden mundial hablaron sobre el tema de las alucinaciones y los delirios. Trataron desde una visión histórica hasta los avances más recientes de la neurobiología.
Un dato que sorprendió fue que en algunos estudios obtienen que prácticamente un 25% de la población sufre en alguna ocasión alucinaciones auditivas, es decir, oyen sonidos que no existen.; por ejemplo, el móvil cuando no suena, el timbre de casa cuando nadie ha llamado, etc... Afinando un poco más la definición de alucinaciones auditivas como voces, y no como sonidos conocidos, la proporción bajaba al 2-6% de la población. Lo que no deja de ser un porcentaje elevado. Eso quiere decir que de 100.000 habitantes de la isla entre 2.000 y 6.000 oyen alguna vez voces dialogantes que no se corresponden con la realidad. Pero el hecho de acudir a pedir ayuda por esas voces se relaciona más con el hecho de como interpretan las voces que con cualquier otra cualidad de las voces. Es decir, no acuden a su médico por que sean de mucho volumen, o porque sean continuas o, simplemente, porque existan. Acuden a la consulta sólo si las relacionan con algo malo, con algo que les persigue o les fastidia. Causa más angustia la explicación que se den a esas voces que las voces en sí. Es decir si piensan que las voces son algo ficticio, no las toman en serio y no le dan importancia no presentan problema pero si explican las voces como algo real y le dan una explicación “perniciosa”, -como que son avisos de que van a atacarles, o que tienen una gran responsabilidad sobre el resto del mundo,- entonces esos sentimiento les causan gran sufri-miento y acuden a consulta.
El psicólogo Andrew Moskowitz, profesor de psicología de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca expuso que muchos pacientes a los que quitaban las “voces”, las alucinaciones auditivas, se quejaban porque las voces les hacían compañía, e incluso comentó que existían pacientes que no entendían como otra gente podía vivir sin oír voces. Sin embargo existe otro grupo de personas a las que las voces les causan gran angustia y sufrimiento, pero, repito, no es tanta la relación del sufrimiento la calidad de las voces sino como lo vive el que las oye. Propuso va-rias tareas psicológicas para minimizar el efecto de las voces, la más efectiva dijo que era el dejar un espacio al día para “dialogar con las voces”. Esto calmaba a los pacientes y hacia que las voces no interfiriesen tanto con su conducta.
Al hablar de los delirios también hubo sorpresas, ya se sabe que delirio procede del término latino que significa salir del surco al labrar la tierra y que se utiliza para una creencia falsa, extravagante, no aceptada por la norma establecida; una creencia firme que no es constatable por los hechos. En un estudio que presentaron más de la mitad de la población en Estados Unidos tenía creencias de tipo delirante (abducciones de ovnis, telepatía, casas embrujadas…), y que un 4% de la población tiene síntomas paranoides francos (pensar que hay un complot con-tra ellos, que les quieren fastidiar,…)
Siguiendo con el tema de los delirios, fue muy llamativa la idea expuesta por la doctora Rhiannon Corcoran de la Universidad de Nottingham. Mostraron pruebas neuropsicológicas muy elaboradas sobre el estilo de pensamiento de los pacientes que sufren delirios. Consiguieron demostrar que muchos pacientes afectos de distintos tipos de delirios tienen predisposición a sacar conclusiones rápidamente, son poco reflexivos. Ante un estimulo neutro sacaban conclusiones y lo perciban como amenazante y negativo. Es decir, que si se ve a una persona agachada en la calle, lo sano es esperar a tener más datos antes de sacar una conclusión. Si ves que manipula algo con sus manos y es el cordón del zapato ya sacamos la conclusión de que se ha agachado a atarse el zapato. La gente de características delirantes en cuanto ve a una persona en dicha situación ya deduce que está así para atacarle a él personalmente. No al primero que pase, sino a él mismo aunque no le conozca de nada. Así las personas con tendencia a los delirios son propensos a sacar conclusiones rápidas y negativas para ellos, conclusiones amenazantes sobre el medio que las rodea.
La ponente presentó un trabajo realizado mediante una serie de ejercicios de entrenamiento cognitivo a pacientes con graves delirios de referencia, es decir, con delirios en los que creen que todo el mundo los mira, que los vecinos hablan de ellos, que hay complots contra ellos, que son el objetivo de un mundo que sólo piensa como fastidiarlos. En el trabajo planteo algo tan simple como ayudar a reflexionar, a no quedarse con la primera impresión, sino esperar a tener más información antes de juzgar una situación. También a buscar más explicaciones posibles y plausibles para un solo hecho (una persona agachada en la calle) hay otras explicaciones aparte de que esta agazapado para atacarnos (atarse un zapato, recoger un reloj, hablar con un niño que esta fuera de nuestro campo visual, un dolor súbito,…) Poco a poco los pacientes con delirios referenciales cambian su manera de pensar (brusca y negativa) y aprendían a reflexionar, dudar de la primera impresión y buscar diferentes explicaciones.
Después de estas conferencias a las que he asistido he decidido añadir a mi lista de “cosas básicas” que hacen vivir la vida más tranquila y mejor la capacidad de reflexión.

miércoles, 4 de agosto de 2010

la alarm distress baby scale de A. Guedeney

En un artículo anterior comentamos la importancia de la crianza en un ambiente afectivo para el desarrollo madurativo del bebe, y como la privación sensorial y afectiva genera la perdida de capacidades afectivas, intelectivas y motoras. También mencionamos una escala creada por Antoine Guedeney, psiquiatra y psicoanalista infantil para medir el riesgo de mal desarrollo afectivo del bebe, la ADBB, (“alarm distress baby scale”, o “escala: bebé en apuros). Prometimos desarrollar en cierta extensión los ocho ítems que explora dicha escala y aquí los detallamos
El primer aspecto que se valora es la expresión facial del bebe. Un bebe sin estrés, el que tiene capacidad de recibir afecto y lo recibe, tiene movimiento espontáneo en su gestualidad, su rostro es expresivo y hay cambios de expresión, se le ve poner caras y gestos que denotan que “pasan cosas”, para el extrañas. En el otro extremo está el que no puede o no recibe afecto con un expresión ausente, bloqueada, y fría. Aunque esto parezca que son diferencias sutiles recuerdo un video muy revelador sobre las maniobras con prematuros en incubadoras cuando eran realizadas por personal cuidador y entrenado y cuando eran realizadas por personal sin entrenar y con poca afectividad. Las posturas, y gestos de los bebes evidenciaban cuando se encontraban a gusto y cuidados y cuando estaban siendo tratados de una manera mecánica, carente de cuidado.
Otro ítem que se explora es el contacto visual que el bebe guarda con su madre. Al llegar a ciertas semanas de edad existe un contacto visual espontáneo, fácil y prolongado, el niño busca la mirada de la madre y ser mirado por la madre. La graduación desde normal a alarma pasa por cuatro ítems más para llegar al total rechazo al contacto visual, que nos debe poner alerta de que al bebe le pasa algo –siempre que aparezcan más ítems-.
Los bebes con problemas en su desarrollo emocional, se muestran inmóviles y bloqueados, en su actividad corporal, no responden a ningún estímulo y además no buscan estímulos. Por el contrario el bebe sano tiene movimientos frecuentes por iniciativa propia.
El cuarto ítem a valorar es la presencia de movimientos dirigidos hacia su propio cuerpo, (jugar con sus dedos, manos, cabello, succión del pulgar, toques repetidos, comparado con el resto de movimientos y sin buscar un sentido de juego y placer. ...) de forma automática, sin busca de placer, y comparándolo con la actividad mo-tora general. Con esto quieren decir que si un niño se toca los dedos o se chupa el pulgar pero lo hace con disfrute, jugando, y realiza otros movimientos diferentes a lo largo del día no tiene ninguna importancia ni influencia en la valoración del nivel de desarrollo emocional. Pero si el niño se golpea la cabeza con su mano, de manera repetida, sin encontrar placer en ello y es el único movimiento que realiza es un signo de mal desarrollo evolutivo.
El hecho de que lloré o grite ante una sensación desagradable, o que tenga balbuceo, risa gorgojeo y chillidos agudos de placer también es un signo de buen desarrollo. Ese chillido tan agudo del bebe cuando algo le gusta es un predictor de salud, como es la risa sana en el adulto. Pero el bebe silencioso, que no llora ni grita, que no emite esa enorme variedad de sonidos que salen de la boca de un bebe cuando descubre que puede hacer ruidos nos debe poner en alarma de que algo no está en el buen camino. Y en estos sonidos también se debe valorar si son adecuados o no. Con adecuado me refiero a que se ría o lloré acorde con lo que está sucediendo.
La capacidad para relacionarse con otras personas además de cuidador inicial también es valorado en esta escala. Cuando un bebe está en un lugar normalmente se centra en la persona que le cuida y también explora el ambiente. Si otra persona, menos conocida como puede ser el pediatra que está evaluando, se acerca al niño, este en un inicio tiene cierto “susto”, una fase inicial de ansiedad, pero luego ya se establece de forma manifiesta la relación. El niño te evita, o te mira y se queda sorprendido, o llora al ver que te acercas, pero se establece una relación. Lo que nos pone en aviso de que algo sucede es cuando el niño simplemente “pasa”. No le importa que haya más personas allí y permanece inmutable ante los cambios en el ambiente.
El último ítem que se valora es subjetivo: el sentimiento de placer que proporciona el contacto con el bebé. Hay bebés que inspira un sentimiento de interés, de placer, que dan ganas de hacerles caras y decirles tonterías, pero en otros casos, pocos, el encontrarte con el bebe es una sensación frustrante, da la sensación de estar ante un niño inaccesible con una falta de interés del niño por el medio que nos hace sentirnos alejados de él. Esto en los casos graves.
Estos son, de manera sucinta, los ocho ítems que se valoran desde 0 el niño sano hasta 4 el extremo opuesto que he explicado en cada ítem. Las principales razones por las que un niño puntúa elevado es o bien porque no recibe los estímulos adecuados desde el medio por falta de contacto con los cuidadores, que se puede remediar con buena voluntad y un profesional, o bien el niño tiene algún tipo de carencia sensorial en cuyo caso cuanto antes se ponga remedio mejor es el pronóstico. Para ampliar información la escala completa podéis leerla completa en www.adbb.net/ en ingles y francés y en breve se publicara en el fondo documental de www.adisamef.com en castellano.

52 "trucos" contra el estrés

Brujuleando por internet he encontrado la lista de 52 ítems probados de tareas sencillas que reducen el estrés. Escrito y estudiado por un grupo de la Universidad de Mujeres de Texas, se halla en la red en muchísimas páginas en inglés pero en pocas en castellano. Es un modelo muy estadounidense, pensado para personas que están centradas en el trabajo, pero la mayoría de los 52 podrían tener utilidad en nuestro estilo de vida, que de momento aún se mantiene mediterráneo. Por otra parte estar pensando todo el día en realizar los 52 ítems puede ser causa de estrés.

Curiosamente en castellano sólo la he encontrado en dos sitios http://miempleoseguro.com/articulo_detalle.php?aid=32
www.arturogoga.com/.../52-tips-para-reducir-el-estrs/

La intención de estos "tips" es buena así que los pongo.

1. Levantarse 15 minutos más temprano en la mañana. Los inevitables quehaceres matutinos serán menos estresantes.
2. Prepararse para la mañana la noche anterior. Se trata de dejar todas las cosas que son usualmente necesarias la noche antes: mesa de desayuno, ropa que piensas llevar, materiales para el trabajo, etc.
3. Anotar las cosas que hay que hacer durante el día. No confiar en la memoria. La presión de intentar recordar puede ser estresante. Así que lo mejor es anotar las horas de las entrevistas u otras obligaciones (compras, lavandería, recados, etc.).
4. No hagas cosas de las cuales te arrepientas y que después te lleven a mentir. No hagas cosas que una vez hechas, te lleven a decir una mentira. El tratar de encubrir tus actos con mentiras te crea más estrés del que imaginas.
5. Hacer duplicados de sus llaves. Lleva duplicados de las llaves de tu casa y del auto en tu cartera ó billetera, aparte del juego de llaves usual.
6. Pon en práctica el mantenimiento preventivo. El coche, los electrodomésticos, tu casa, tus relaciones interpersonales, etc. tendrán menos probabilidades de fallar o de crearte problemas en el momento menos oportuno.
7. Ve preparado para esperar. Lleva algo que te permita aprovechar tu tiempo si tienes que esperar por algún motivo no previsto o hacer cola en algún sitio. Desde un pequeño ordenador de bolsillo a un libro o una revista, harán tu espera más amena.
8. Evita dejar todo para última hora. No dejes para mañana las cosas que puedas hacer hoy. Y lo que quieras hacer hoy, hazlo en este momento.
9. Planifica con anticipación. No dejes que el tanque de gas esté casi vacío, mantén una buena despensa de productos de primera necesidad. No esperes hasta terminar la última existencia para comprar más.
10. Renovar lo que no funciona bien. No toleres aquellas cosas que no funcionan bien o están dañados, tales como un despertador, tu calzado, un limpiaparabrisas, si son una constante fuente de irritación arréglalos o consigue unos nuevos.
11. Llega con suficiente anticipación a tus citas o compromisos. Calcula 15 minutos de tiempo extra para llegar a tus citas, entrevistas, encuentros, etc. Planifica llegar a un aeropuerto una hora antes de la hora de partida.
12. No al café. Elimina (o limita) la cantidad de café o cafeína en tu dieta diaria. Mejorará tu relajación, sueño y tranquilidad en general, aunque al principio te cueste trabajo dejarlo.
13. Hacer planes contingentes sencillos y útiles. Por ejemplo, si nos retrasamos, haremos lo siguiente… El prepararnos ante eventualidades contribuye a reducir el estrés.
14. Relajar las exigencias que te pones a ti mismo. El mundo no se acabará si no cortas la grama de tu jardín durante el fin de semana.
15. Actitud positiva + Ley de Atracción. Por cada cosa que nos sale mal, probablemente habrá 10 o 50 o 100 bendiciones. ¡Cuéntalas!
16. Realiza preguntas. Tomar unos momentos para volver a escuchar instrucciones, direcciones sobre cómo llegar a un sitio o saber lo que una persona realmente espera de nosotros puede ahorrarnos horas.
17. Saber decir no. Decirle no a proyectos adicionales, actividades sociales e invitaciones para las cuales no tenemos el tiempo suficiente o la energía necesarios toma práctica, respeto propio, y una creencia de que todos necesitamos cada día un espacio para relajarnos y estar a solas.
18. Desconectar el teléfono. Si quieres un momento de relajamiento, tomar un buen baño, meditar, dormir una siesta, leer sin interrupción... desconecta y descuelga el teléfono y aíslate de otras interrupciones. O utiliza la máquina contestadora.
19. Transforma tus “necesidades” en preferencias. Nuestras necesidades físicas básicas se reducen a alimentos, agua y mantener el calor. Todo lo demás son preferencias o deseos. No te ates a tus preferencias.
20. Simplificar, simplificar, simplificar. . . Pon esto en práctica en todas tus actividades a lo largo del día.
21. Hacer amigos con personas positivas. Cuídate de asociarte con aquellas personas que viven preocupadas de manera crónica. ¡Esto es contagioso!
22. Levantarse y estirarse. Levántate y estírate un poco si en tu trabajo tienes que estar sentado durante muchas horas.
23. Usar tapones para los oídos. Si necesitas estar en un hogar sin ruidos molestos, utiliza tapones para los oídos.
24. Dormir suficientes horas. De ser necesario utiliza tu despertador para recordarte que tienes que ir a la cama. No le restes horas al sueño.
25. Crear orden del caos. Organiza tu hogar y tu lugar de trabajo con el fin de saber exactamente dónde están las cosas. Guarda cada cosa en su sitio y no tendrás que pasar por el estrés de perder las cosas y tener que buscarlas.
26. Respirar bien. Cuando se sienten estresadas, la mayoría de las personas tienden a hacer respiraciones cortas y poco profundas. Cuando respiramos así, el aire descompuesto no es expulsado por los pulmones, la oxidación de los tejidos es incompleta y aumenta la tensión muscular. Revisa tu respiración durante todo el día, y especialmente antes, durante y después de situaciones de alta presión. Si tus músculos estomacales están contraídos y tu respiración es irregular, respira lenta y profundamente.
27. Anotar pensamientos y sentimientos puede ayudarte a clarificar las cosas y darte una perspectiva renovada de los mismos.
28. Prueba la técnica de respiración profunda cuando necesites relajarte. Inspira aire de forma lenta por la nariz contando hasta cinco. Luego frunce la boca como si fueras a silbar y exhala el aire lentamente a través de tu boca contando hasta diez, o por cuanto tiempo puedas. Concéntrate en el sonido de tu respiración y sienta como la tensión desaparece. Repetir diez veces.
29. Visualizar los eventos y actuaciones importantes que te provocan ansiedad. Por ejemplo, antes de hablar en público, tómate el tiempo para visualizar toda la experiencia en tu mente. Imagina como vestirás, como será el público, las preguntas que te harán. Cuando llegue el momento real de hacer la presentación, gran parte de la ansiedad o el estrés habrán desaparecido.
30. Cambiar de actividad. Cuando la tensión de tener que acabar un trabajo se interpone con el objetivo de realizar el propio trabajo, un cambio de actividad y del ambiente puede ser justo lo que se necesita para terminarlo.
31. Desahógate. Compartir o discutir tus problemas con un amigo de confianza puede ayudarte a despejar tu mente de la confusión para que puedas concentrarte en resolver los problemas.
32. Elige un entorno favorable y positivo acorde con tus necesidades. Una de las formas más obvias de evitar el estrés innecesario es seleccionar un entorno (de trabajo, para vivir, para el ocio) que esté en consonancia con tus deseos y personales.
33. Aprende a vivir un día a la vez.
34. Disfruta cada día. Cada día haz algo que realmente te gusta.
35. Amar y ser positivo. Añade un poco de amor a todo lo que haces.
36. Toma un baño caliente o una ducha fría en época calorosa. Esto te ayudará a aliviar la tensión.
37. Haz algo por los demás. Esto te ayudará a sentirte bien contigo mismo.
38. Empatía. Concéntrate en comprender más que en ser comprendido; en amar, en lugar de buscar ser amado.
39. Mejorar tu aspecto. El verte mejor puede ayudarte a sentirte mejor.
40. Planificar el día de forma realista. Evita estar reprogramando citas; tómate tiempo entre cada cita para un breve descanso.
41. Sé flexible. Hay cosas que no merece la pena hacerlas perfectamente y hay ciertos temas con los cuales si vale la pena comprometernos.
42. No uses lenguaje autodestructivo. Elimina de tu lenguaje expresiones negativas tales como "Yo soy demasiado viejo para..." o "Yo soy demasiado gordo para...", etc.
43. Utiliza el fin de semana para un cambio de ritmo. Si la semana laboral es lenta y rutinaria, asegúrate de que haya acción y tiempo para espontaneidad en los fines de semana. Si la semana de trabajo es rápida, llena de entregas urgentes y reuniones, busca paz y soledad durante los días libres. Si te sientes que no has conseguido algo en la semana en el trabajo, realiza alguna tarea o proyecto el fin de semana que puedas terminar con satisfacción.
44. Cuida tu presente lo mejor que puedas, y el pasado y el futuro cuidarán de si mismos. Es otra manera de decir: “Cuida los centavos y los dólares se cuidarán a si mismos”
45. Haz una sola cosa a la vez. Cuando estás con una persona, dedícate a esa persona y no pienses en ninguna otra más. Cuando estés ocupado con un proyecto, concéntrate en hacerlo y olvídate de cualquier otra cosa que tengas que hacer.
46. Tiempo para ti mismo. Destina un tiempo diario para la privacidad, quietud e introspección.
47. Quitarse las tareas desagradables primero. Si tienes que hacer una tarea especialmente desagradable hazla temprano por la mañana, de esta forma durante el resto del día estarás libre de ansiedad.
48. Aprende a delegar responsabilidades a otras personas capaces de realizarlas.
49. No olvides tomar un receso para tu almuerzo. Trata de alejarte de tu escritorio ó área de trabajo en cuerpo y mente, aunque solo sean 15 ó 20 minutos.
50. Tomarse el tiempo necesario para las decisiones difíciles. Olvídate de contar hasta 10. Cuenta hasta 1,000 antes de hacer o decir algo que podría empeorar las cosas.
51. Capacidad para perdonar a las personas. Hay que aceptar que no vivimos en un mundo perfecto.
52. Ser optimista. Tenga un punto de vista optimista sobre el mundo. Merece la pena creer que las personas están haciendo las cosas lo mejor que pueden.

La mirada y la sonrisa del bebé

Dicen que en el siglo XIII un rey navarro aficionado a la ciencia, quiso saber cuál era el idioma que hablaba por naturaleza el ser humano. Dudaba si Adán al dirigirse a Eva, le habló en arameo, sanscrito, hebreo o, más controvertido, en latín. Así que llevo a cabo un experimento en nombre de la ciencia. Cogió una docena de mujeres embarazadas y ordenó que a los niños que de ellas naciesen se les impidiera morir de frio o de hambre, y también, que no se les hablara, ni que oyesen sonido alguno procedente de la voz humana. Así, sin contaminaciones “culturales”, sabrían cual era el idioma primigenio. A las pocas semanas, todos los bebés comenzaron a rechazar el alimento, perder peso, no desarrollarse y, finalmente, morir.
El psicoanalista René Spitz, en los años 1945, 1946 y 1947 comparó el desarrollo de niños que residían en una guardería de prisión de mujeres, con el de niños criados en un orfanato para niños abandonados. En ambas instituciones, como los bebes del “experimento” anterior, todos estaban bien alimentados y cuidados desde un punto de vista puramente físico. La diferencia fundamental era que en la prisión los niños estaban con sus madres un rato cada día recibiendo “mimos”, les hablaban y tenían contacto social. Por otro lado los del orfanato tenían una cuidadora para cada siete niños, teniendo escaso contacto con seres humanos y cuidados de una manera efectiva pero poco afectiva. Además, los niños del orfanato vivían en una situación de mayor privación sensorial, ya que las cunas estaban rodeadas por sabanas que les impedían a los niños ver lo que ocurría a su alrededor.
A los cuatro meses del nacimiento, Spitz observó que los niños del orfanato tenían un mejor desarrollo evolutivo. Su primer razonamiento fue que los niños abandonados tenían mejor genética que los hijos de las presas. Pero al final del primer año los niños del orfanato eran más introvertidos, mostraban poca curiosidad o alegría y tenían muchas más infecciones. Al pasar los años, los niños de la guardería de prisión tenían el mismo desarrollo que los criados en su propia familia y de los 26 niños del orfanato sólo 2, caminaban y hablaban. Tuvo que cambiar de razonamiento y lo atribuyó al aislamiento social y falta de estímulos afectivos.
Estas observaciones se volvieron a realizar en un orfanato de Teherán en el año 1960, una institución en la que los niños no tenían casi estimulación. En ese lugar, también hallaron los mismos resultados que había obtenido Spitz. Los niños con escasa estimulación social y sensorial presentaban un desarrollo muy por debajo de la media, hasta el punto de que a los 4 años un 85% no podía andar solo.
De los estudios de Spitz tenemos que sacar en claro que en la crianza, la privación sensorial y afectiva les genera a los niños/as un retraso del desarrollo madurativo y mayor número de infecciones. Pero no al revés, es decir, un niño puede sufrir muchas infecciones y un retraso madurativo por otras muchas causas. Una de ellas es la falta de estímulos y, por lo tanto, si vemos el retraso hay que estimularle más, pero a un niño que va llevando un desarrollo normal no hay que híperestimularle.
A partir de este importante trabajo de investigación ya no se pudo ignorar la importancia de una adecuada crianza para el desarrollo sano del niño/a. Desde entonces, muchos investigadores y clínicos se han interesado en la detección temprana de los factores de riesgo evolutivo para el bebé. Entre ellos, cabe destacar a Antoine Guedeney, psiquiatra y psicoanalista infantil que ha desarrollado una escala llamada ADBB, (“alarm distress baby scale”, o “escala: bebé en apuros”, en su traducción oficial al castellano) que explora ocho signos de alarma inespecíficos que nos permiten detectar que el bebé se encuentra en una situación de dificultad que requiere un diagnóstico y tratamiento especializado.
Estos signos son la expresión facial, el contacto visual, la actividad corporal, los gestos de auto-estimulación, las vocalizaciones, la vivacidad de la respuesta a la estimulación, la relación que establece con las personas, exceptuando quien le cuida habitualmente, y, por último, pero no menos importante, la valoración subjetiva del esfuerzo necesario del adulto que lo explora para permanecer en contacto con el niño, así como también, el sentimiento de placer que proporciona el contacto con el bebé

lo mio es genético (2/2)

Siguiendo con la genética vamos a cambiar del nivel del individuo a nivel de la célula. Es sabido que todas las células de un mismo individuo tienen la misma carga genética: tienen exactamente los mismos genes, situados en las misma 23 parejas de cromosomas (excepto las células sexuales que tienen sólo la mitad). Esto es sorprendente porque hay muchísimos tipos de células, con funciones y aspecto muy distinto, en un mismo cuerpo humano; desde las neuronas, con su aspecto de árbol y sus funciones especializadas hasta las células del hígado (hepatocitos), de forma hexagonal y funciones total-mente diferentes, pasando por las células del intestino, o las del tiroides. Estan-do todas en un mismo individuo y compartiendo en un 100% los mismos genes, ¿por qué estas diferencias abrumadoras de aspecto y función?
Es importante señalar que la función del gen es la producción en serie de proteínas. El gen es un molde a través del que se crean proteínas específicas con funciones concretas. El ser humano tiene unos 25000 genes, pero no todas las células tienen todos los genes “expresados”, es decir activos. La diferencia entre una célula y otra no está en los genes que tenemos en cada célula, sino en cuales “expresamos”. Expresar un gen quiere decir, que el gen lleva a cabo la función para la que está destinado: la producción en serie de una proteína determinada. Cada proteína tiene unas funciones específicas que serán las que dotarán a cada célula de su aspecto y funcionamiento. La diferencia entre una neurona y un hepatocito se basa en el tipo de proteínas que son codificadas, o lo que es lo mismo, que genes están expresados.
Del total de genes de cada célula, se expresa sólo quizás un 10 o 20%, el resto son totalmente silenciados, inactivados para la función de producir proteínas. Para ello los genes tienen una región que es una llave de “encendido/apagado” junto a cada región de producción de una proteína especifica.
Los genes son poco alterables, sólo extrañas y poco habituales mutaciones los varían, pero los reguladores, el “encendido/apagado”, es muy influenciable por el ambiente, por estímulos tanto internos (hormonas, fases de desarrollo del cerebro,..) como externos (estrés, aprendizaje, interacción social,..) La regulación de los genes se denomina epigené-tica.
Esto, -que lo explica muy bien el investigador y psicoanalista, premio Nobel de medicina del año 2000, Eric Kandel-, quiere decir que los factores sociales, la vida que vivimos, modifica la expresión de nuestros genes, tanto en los relacionados con funciones corporales como los relacionados con funciones cerebrales. Lo que vemos, oímos, aprendemos, vivimos, modifica la expresión de determinados genes, variando nuestro ser; el ambiente en el que me desarrollo modifica la expresión de mi genética.
Esta variación de nuestra expresión genética, del “encendido/apagado” de nuestros genes, se transmite de manera cultural. Mantenemos los elementos de enseñanza, alimentación, crianza, que hemos aprendido y que nos han hecho expresar nuestra genética de manera diferente. Esos cambios de expresión no se transmiten a la siguiente generación de manera biológica, sino que culturalmente transmitimos los reguladores de la expresión. Esto quiere decir que hay una evolución cultural, que modifica la expresión de la genética a través del aprendizaje, que es muy rápida y otra natural, biológica, basada en mutaciones, de una lentitud que se mide por decenas de milenios.
Por eso al hablar de lo “natural” en el ser humano hemos de estar muy atentos a no tomar por natural lo que es aprendido de nuestros ancestros. Nuestro “natural” es ser cultural, artificial.

lo mio es genético (1/2)

La genética está de moda, ha salido del laboratorio y de los libros especializados de biología para poco a poco ir a las neurociencias, la medicina, el arte, las tertulias de la radio y las series de la televisión. Habitualmente cuando algo de un ámbito muy específico pasa al gran público y abarca demasiado suele sufrir cierta deformación que a veces llega a la caricatura. Cuando se divulga una idea compleja se corre el riesgo de caer en la simplificación. La sencillez es necesaria para la comprensión general, pero puede desvirtuar los matices, logrando que una complicada teoría científica pase a ser un simple hecho innegable que poco tiene que ver con la teoría inicial. Y eso le ha sucedido a muchas teorías de la genética.
Hay una opinión extendida que es errónea y puede ser mal utilizada: pensar que todos los procesos biológicos, -entre los que se incluyen desarrollarse, pensar, sentir,…-están determinados por los genes de una manera estricta. Pensar esto nos lleva a escuchar frases del tipo de “mi hijo tiene genes de futbolista, su abuelo ya jugaba…” Evidentemente el hecho de que en el entorno de ese niño, tanto familiar como social, apoye su querencia por ese deporte, ayuda mucho a que le guste el balompié. Si ese chaval nada más nacer hubiese sido adoptado por una tribu de esquimales y se hubiese trasladado a la fría Groenlandia jamás profesaría los colores del equipo de sus mayores, sobre todo porque no los hubiese conocido –ni a los colores ni a sus mayores-.
Pero dejando aparte las preferencias, que son muy modificables por el ambiente, centrémonos en lo físico. Pongamos por caso que nace un niño con la misma genética que Pelé. Un clon exacto de un Pelé recién nacido. Pero desde su nacimiento su familia lo atiborra a chocolatinas y comida basura. Desde su más tierna infancia comienza a adquirir un importante sobrepeso con los consiguientes problemas de salud, autoestima, socialización,... O imaginemos que su vida se desarrolla en un pueblo de Canadá, cercano al Polo Norte, donde el deporte más popular es el “curling” (esa especie de petanca sobre hielo). ¿Preferirá al Sao Paulo o al Internacional?, ¿Real Madrid o Barça?, o más allá, ¿conocerá siquiera el fútbol?. Tener los mismos genes que Pele pero en otra si-tuación social distinta, en otro tiempo distinto o, en una dieta distinta hacen que sea un Pelé sin físico ni vocación para el fútbol por muchos genes “de futbolista” que tenga.
Un buen ejemplo de cómo funciona la genética es el rostro. La cara, teóricamente, depende de la genética, tendremos la cara de nuestros padres, abuelos, etc,… Pero surgirán lunares, pecas, golpes en la infancia que nos dejaran cicatrices y cambiaran la cara. A lo largo de nuestra vida pondremos gestos -por imitación de los que vemos- que usaremos y cambiaran nuestros rasgos futuros, nos darán diferentes líneas. No tiene el mismo rostro una persona que sonríe mucho que otro que esta triste. No tenemos el mismo rostro si vivimos trabajando bajo el sol, que bajo un fluorescente. Dicen que con el tiempo las parejas que conviven acaban pareciéndose entre sí, y la clave es que se imitan los gestos sin querer. Flora Davis en su libro sobre el lenguaje no verbal defiende la tesis de que no solamente pasa entre familias sino incluso entre regiones. Igual que se aprenden, al aprender el lenguaje, el acento típico de la zona se aprenden los gestos que modificarán el desarrollo de la cara.
Es decir que algo tan biológico, natural y genéticamente predeterminado como es el rostro acabará siendo el espejo del alma y no el del genoma

justificación

Hay muchos, muy buenos, blogs sobre psiquiatria, psicologia, neurociencias/psicociencias, terapia propia y ajena,... en la red.
¿Merece la pena uno más? Supongo que no.
Pero como escribo para otras cosas, aprovecho el trabajo realizado para compartirlo con más gente. Quizás a alguien algo le sirva o al menos le de referencias de sitios donde poder ir recopilando material para pensar por uno mismo.
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