Imaginemos por un momento esta patria nuestra como un cuerpo. Parece que todo funciona bien. Quizás hay algún ligero problema digestivo, porque estamos abandonando la dieta mediterránea, pero que en general va bien. Los ojos y los oídos nos informan de lo que pasa y realizamos conductas en función de esa información. Todo va bien, no tenemos preocupaciones, pero de repente notamos algo raro en el pecho. Aparece sudoración, sensación de que falta aire, y entonces surge la ansiedad... vamos al médico que dice que todo está bien y en su sitio, que tenemos ansiedad
- “Y eso que es?” -le preguntamos al médico.
- “Pues los nervios”
- “¡Pero si todo me va bien!”- protestamos reafirmándonos
Entonces nos deriva al psiquiatra o al psicólogo.
Estos nos mandarán -habitualmente- una pastilla o ejercicios para controlar y calmar la ansiedad.
Una vez acallada la ansiedad (porque estas cosas funcionan) posiblemente aguantemos un tiempo... (o por siempre jamas durante nuestras vidas, pasando la ansiedad a nuestros hijos) pero lo que fuese que causase la ansiedad, no se ha resuelto. Puede que siga callado o pueda que vuelva a surgir.
Otra solución:
Dejar hablar a la ansiedad, explorarla, saber porque pasa, a que atiende.
Esta segunda medida exige cambios grandes, exige replantearse principios que pensabamos que son verdades monolíticas ( que es necesario el senado por ejemplo), exige un trabajo de todo el cuerpo que es dificil y costoso.
Sé cual es la medida más habitual en las consultas, sé cual ha sido la medida habitual en política.
¿ahora que pasará?
2 comentarios:
Efectivamente. La ansiedad es una señal (síntoma) que hay que "leer" para aprovechar toda la información posible y poder cambiar las cosas. Es molesta, como el dolor, pero muy útil. Es, creo, contraproducente eliminar sin hacer este proceso, al igual que un dolor "fisico".
Obviamente, con un sistema que se vende como conveniente para la ciudadanía, pero que en realidad es sobre todo conveniente para los que mandan o aspiran a mandar, la opción de un tratamiento sintomático que aplace las buenas soluciones a cuatro años vista, es el que tendrá mayor número de prescripciones. El ciudadano también escogerá esta opción, porque vive en el aquí y ahora y los esfuerzos demandados para un futuro mejor y mas sólido se le hacen cuesta arriba. Como decía Bart Simpson, "que bíen se lo pasa uno hipotecando el futuro..", frase dicha mientras pescaba al sol en horas de clase.
Abrazos.
Aunque pienso que Cuerpo/Mente es una falsa dualidad, es en cierta forma un sistema que responde al medio en el caso que nos ocupa de dos maneras diferentes, una seria a través de la interpretación conceptual que puede activar un estado de ansiedad, un estado de respuesta ante el peligro basado en ideas/creencias, pero creo no se como lo ves tu como experto Miguel que el cuerpo puede reaccionar directamente a impresiones no conceptuales imposibles de interpretar, como si hubiera un conocimiento silencioso mas allá o mas acá, a saber,....de los conceptos, una respuesta cuasi profética, involuntaria desde un Yo consciente vía intelecto, que no por ser abstracta es mas precisa, y que se da tanto a nivel individual como colectivo. Tanto en el primer caso como en el segundo la pastillita solo enmascara el problema, en el primero es cuestión de cambiar esas ideas/creencias, pero y en el segundo donde se activa ese conocimiento silencioso?....No se si será una locura lo que voy a decir, pero me da que esa ansiedad lo que solicita es una apertura de la atención también silenciosa sin interpretaciones para buscar las soluciones mas adecuadas, para dar una actuación mas espontánea y que permitir esa espontaneidad es lo que remitirá el proceso ansioso.
Juan Manuel
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