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miércoles, 24 de agosto de 2011

El mito de la cuesta abajo

La plasticidad cerebral es sorprendente. Alguna vez hemos hablado de los cambios que diversas actividades producen en nuestro cerebro; tanto para bien (meditación, deporte, música,..) como para mal (drogas, televisión,...).
La plasticidad, esa capacidad que tiene el cerebro para cambiar incluso anatomicamente, para amoldarse a las nuevas exigencias, hace que nuestro cerebro se modifique con el tiempo. En un estudio se demostró que los taxistas de Londres tenían más desarrollada la zona temporal del cerebro. Esa area es la que se dedica a ubicar calles y comprender mapas. Si el cerebro fuese incapaz de cambiar a partir de los dieciocho años la conclusión sería que ellos eran taxistas por tener esa zona más desarrollada. La realidad es que al ser taxistas, por el uso continuado de esa parte de cerebro, habían desarrollado más esa zona. Podriamos decir que el cerebro es como los músculos, y que desarrollamos más los que más usamos. Como dicen en libros de otras escuelas menos ortodoxas "nuestra biografía es nuestra biología"
Otras sorpresas de la plasticidad es el hecho de que en las personas ciegas, las áreas cerebrales que se dedican a procesar la vision, se modifican para especializarse en evaluar e informar sobre el sonido. Ante la falta de un sentido otro se hiperdesarrolla y el cerebro se modifica para poder hacerse cargo de las exigencias del medio.
Aprender alguna actividad, bien sea física como los malabares, intelectual como juegos de mesa o mezcla de ambas como tocar un instrumento “reestructura” las áreas del cerebro. Eso explica porque algunas personas tras perder partes de su cerebro (por accidentes isquémicos por ejemplo) pueden lograr recuperar funciones al modificarse áreas del encéfalo no afectadas que cambian de función para compensar el tejido perdido. Recuerdo que mi tía abuela hacia crucigramas, seguí las noticias, discutía, estaba tremendamente lúcida a sus casi noventa años, pero la neuroimagen de su cerebro (le hicieron un TAC por una caída) mostraba una especie de queso gruyere.
La plasticidad cerebral hace que no se sostengan los mitos de que las neuronas no se regeneran, que las personas no cambian -pero esto da para otra carta- o que a partir de los dieciocho el cerebro comienza una cuesta abajo.

El cerebro siempre aprende, siempre recibe datos, es verdad que algunas habilidades cognitivas realmente se van perdiendo conforme envejeces. Está demostrado que los niños aprenden mejor nuevos idiomas, y jugando al memory (este juego de fichas en parejas que se van girando) los niños de diez años son los campeones. Por otra parte cuando los niños pasan a jóvenes son más hábiles encontrando los parecidos y diferencias, pueden memorizar más palabras escogidas al azar y pueden contar hacia atrás de 7 en 7 más rápido (habilidades muy útiles en un estudio sobre memoria pero poco aplicables en la vida real)
Aún así existen muchas capacidades mentales que mejoran con la edad. A la hora de ser precisos con el vocabulario las personas más mayores conocen y comprenden más palabras y además son capaces de encontrar la diferencia sútil entre términos de signficados similares. De ahí que se hable de escritos de madurez, como dijo Saramago en una ocasión: si hubiera muerto a los 60 años no hubiera sido escritor.
Otras caracteristicas cognitivas que se adquieren con la edad, -y que serían muy útiles antes- son: determinar mejor el carácter de una persona desconocida de la que nos dan unas notas biográficas, obtener mejores resultados en inteligencia social y tener mejor capacidad de resolver conflictos. Y además conforme avanza el tiempo cada vez regulamos mejor nuestras emociones y tenemos más capacidad para encontrar un sentido a nuestras vidas.
Evidentemente el hecho de ir adquiriendo estas capacidades -que tan bien vendrían en la tumultuosa y efervescente adolescencia- no quiere decir que aparezcan por que si. Un niño tiene más capacidad para aprender idiomas, pero si no se pone a estudiar y practicar no se despertará una mañana hablando en arameo, (el don de lenguas hace siglos que no lo tiene nadie). De la misma manera el hecho de tener mayor capacidad para manejar nuestras emociones y nuestras vidas no quiere decir que lo apliquemos espontanemente, quiere decir que podemos hacerlo con más facilidad  fluidez. 
Ir haciendose mayor tiene muchas ventajas. Uno puede quejarse porque ya no cuenta hacia atrás de siete en siete tan rápido o aprovechar las nuevas habilidades que nos brinda la edad.

Esta entrada la publiqué en prensa pitiusa. Está basada,como el anterior, en esta entrada tan amena del smithsonian.
La foto como siempre de Joan

10 comentarios:

ΣAnx_ dijo...

Me ha gustado esta entrada. Yo la verdad que se puede decir que he vivido muy a tope y donde antes había exuberancia (siempre a la manera de uno) se han ido quedando terribles y frustrantes, aunque evidentes, huecos(lagunas emocionales y desmemorias como océanos). Y frente a esta desolación puedo decir que esto que dices es extraño pero real. Que aunque mi entorno y yo se vaya dando oportunidades tb se progresa adecuadamente espontáneamente, y hay tendencias y brotes verdes, que se crece, y algo nuevo, donde antes no había nada, aparece. A mi me resulta casi más raro esta re-vuelta que el apagón. Francamente, desconozco el alcance de estos verdores a destiempo pero no salgo del asombro. Verse resucitar (bueno, dando pasitos donde antes sólo cabía una postración) es como sobrenatural... Casi estoy por celebrarlo con una sin alcohol :-P

El autor dijo...

Así es. Un ejemplo de ello es esta señora. http://es.wikipedia.org/wiki/Rita_Levi-Montalcini

Como dicen en los pueblos, "envejecer tiene su aquél".

Un saludo.

pere dijo...

En relación a los trastornos mentales, el tema de la plasticidad cerebral (verificado de muchas maneras) implica -incluso desde una perspectiva exclusivamente biologicista- que limitar el tratamiento a la contención (sea con medios físicos o químicos) es renunciar a una modificación deseable y posible.
Me temo que en siglo XXI mantenemos activos mitos en temas sobre los que se ha investigado y se conocen, por lo menos para quien se tome la molestia de buscar en lugar de creer.
Me sigue sorprendiendo la cantidad de personas, dentro y fuera del área de salud, que afirman y reafirman tópicos sobre trastornos mentales sin ningún apoyo de los hechos. Será que el mundo aún está por hacer; o que los materiales de construcción incluyen las creencias tanto como las observaciones.
saludos,

Paula dijo...

Hola Miguel, me encanta el tema de la plasticidad cerebral, es la teoría más intersante y esperanzadora, en medio de tanta tontería falsamente determinista. Yo no estaría como estoy ahora si fuesen ciertas ls profecías que decidí no creer,así que ahora sé que lo que me pasa no es crónico, sino intermitente, que no me deteriora y que no me condiciona más allá de lo que yo le permita, muy de tarde en tarde.

El ejemplo de Rita Levi-Montalcini es muy bueno, siento gran admiración por esa señora, por su crítica a la existencia misma de las razas, crítica que hace con argumentos que no se pueden acusar de no ser científicos, precisamente(siendo ella una científica de verdad, con premio nobel y todo)

Por cierto, ANX, hola, me alegra verte por aquí, y me encanta eso de los brotes verdes, brindo por ellos.

Un abrazo a todos

Juan dijo...

La plasticidad cerebral es sorprendente, sobretodo cuando trasciende el Bien y el Mal.

Juan manuel

Miguel dijo...

Anx, afortunadamente el cerebro nos sorprende por su capacidad de recuperación. La destrucción la esperamos, la vemos natural,.... la reconstrucción es sorpresiva. No debería ser así pero así es.
Lo de los avances repentinos lo describen mucho. Realmente no se porqué sucede así. Cuando aprendemos algo también va así. Practicas practicas practicas y lo que antes realizabas pensando de repente sale natural.... es raro, pero así va.
Un saludo

Miguel dijo...

Gracias por la referencia Jose Antonio.
La infancia no la escogemos, respecto a la madurez algo podemos hacer ;-)
Un saludo.

Miguel dijo...

Pere este comentario tuyo (lo de la contención) me lo apunto.
Las creencias/prejuicios es lo que hay. Este mundo se hace a fuego lento y XXI siglos es un soplo...
Un abrazo.

Miguel dijo...

Etiquetada gracias por el comentario. Lo de las profecías no creídas me lleva al tema de la poderosa sugestión, tanto social como individual.
Un abrazo.

Miguel dijo...

Juan Manuel me alegra ver que ya no apareces encabezado como anónimo.
El cerebro como representante material de un conocimiento que es inmaterial. El Bien, el Mal,... temas humanos que alojamos en la víscera humana pero que aún no hemos visto que están en ella.
Un abrazo.

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